¿Se han dado cuenta de todas las reglas de seguridad que han sido creadas en México solo para cuidarnos de nosotros mismos?
¡Llegamos al fin de semana en que muchos gritaremos Viva México! Y con ello miles de planes para ir a divertirnos desde hoy en la noche y hasta el domingo.
Las opciones son muchas. Ir a festejar con los amigos, comer un pozole en familia mientras esperamos el Grito de Independencia, desayunar después del Desfile. O qué tal si nos vamos, a un tradicional paseo por Xochimilco.
Desde hace una semana ya hay personas vigilando eso de las 3 cervezas por persona, una botella por canoa y en breve se verá el asunto de los chalecos salvavidas.
Seguramente también empezarán a verificar a todas las chelerías de la zona, que los embarcaderos estén limpios y que las tarifas no se rijan por la pigmentocracia, tan característica de México.
En fin, medidas que harán que algunos usuarios sólo amplíen el precopeo y que la autoridad deje de hacer cosas importantes para ir a hacerle de niñera.
Es más, ¿se han dado cuenta de todas las reglas y leyes que han sido creadas en México únicamente para cuidarnos, de nosotros mismos?
Cuánto tiempo, dinero y recursos operativos se gasta la autoridad y demás instituciones públicas o privadas, en pedir y revisar que los ciudadanos no acabemos siendo una estadística.
O gastando el presupuesto y los pocos recursos de los hospitales para arreglar algo que se pudo evitar.
Empecemos por los básicos: usar casco, guantes y botas al ir en una motocicleta. Utilizar el cinturón de seguridad y no hablar por teléfono en el auto. Respetar los límites de velocidad.
Cruzar las calles por los lugares establecidos. No jugar en las escaleras eléctricas. Ponerte un chaleco salvavidas. Usar condón. Alejarse de un ducto de gasolina cuando haya fuga. Y demás señalamientos por ese estilo: no te subas, no te acerques, no hagas esto, no hagas el otro, que te puedes matar.
Instrucciones que al puro estilo de quien busca educar a un niño intentan por todos los medios evitar que algo malo te pase. Un beneficio no para la autoridad, sino para quien piense violar la ley con una irresponsabilidad.
No por nada, esto ha sido uno de los activos más valiosos de los seguros, pues al final, lo que terminamos pagando es un servicio que amortigüe nuestros errores.
Sabemos que es función del Estado en México garantizar la seguridad de los ciudadanos, pero de verdad que hay veces que dan ganas de dejarle todo a la selección natural y como en la selva, que sólo sobreviva el más apto con base en sus decisiones y pensamientos.
Lo malo es que ya somos tantos, que seguro una de estas estupideces, salpicaría a muchos inocentes más. Por lo pronto, feliz fin de semana, cuídense los unos de los otros, y que Viva México… señores.
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