Los utensilios de cocina, llaves de tarjas y lavabos, las perillas de las puertas y el auricular del teléfono son los lugares con mayor suciedad
¿Alguna vez te imaginaste que tu hogar y su limpieza fuera el responsable del 80 por ciento de las enfermedades diarreicas y respiratorias de tu familia?
Recientemente el Laboratorio Nacional para la Investigación en Inocuidad Alimentaria, Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD), reveló que contrario a lo que se piensa, son los hogares familiares los sitios con el mayor número de microorganismos patógenos responsables del 50 a 80 por ciento de las enfermedades diarreicas y respiratorias que afectan a los miembros de una familia.
Tras cinco años de investigación, un estudio reveló que la cocina, más que un baño, es el lugar de los hogares donde más se concentran los microorganismos y, por tanto, donde es más susceptible la proliferación de las infecciones.
La presencia de bacterias y gérmenes en estas áreas del hogar superan en mucho a los encontrados en lugares públicos como oficinas y escuelas.
Cristóbal Chaidez Quiroz, coordinador de dicho laboratorio, señaló que la preparación de alimentos es un proceso asociado a contaminación, de tal forma que si bien existen medidas extremas de limpieza hay acciones que se realizan comúnmente y que son “caldos de cultivo”.
A través de exámenes de laboratorio, los especialistas descubrieron que además de los utensilios de cocina, los objetos con mayor número de bacterias patógenas son llaves y perillas de las puertas, así como el auricular del teléfono y el control de la televisión.
Los recipientes donde se coloca la fibra para lavar los trastes es otro de los lugares con mayor presencia de microorganismos, en donde además se efectúa un cruce de contaminación, porque los residuos de comida permanecen en agua y se expanden cada vez que se utiliza el estropajo.
Chaidez Quiroz dijo que en promedio una esponja contiene 7.2 millones de bacterias, las cuales quedan en los recipientes que se usan para preparar y servir los alimentos.
Destacó que para evitar este grado de contaminación, sería suficiente agregar dos gotas de cloro concentrado en 250 mililitros de agua durante cinco minutos, para luego sumergir la esponja o trapo en esta mezcla.
Además, consideró necesario “esterilizar” el estropajo (siempre y cuando no sea de aluminio) poniéndolo en el horno dos minutos, así como remplazarlo cada dos o tres semanas.
Los utensilios que más albergan bacterias patógenas en la cocina son los trapos y tablas para cortar, sean de madera o de plástico, así como el refrigerador.
Al respecto, los expertos recomiendan tener más de una tabla para cortar, y destinar cada una para cada grupo de alimentos (carnes, frutas y verdura); lavarlas y cepillarlas con agua caliente sin utilizar cloro.
Para evitar la dispersión de las bacterias, el refrigerador debe mantenerse a una temperatura entre 4 y 5 grados centígrados, así como limpiar y desinfectar dos veces por semana, utilizando productos a base de cloro y productos a base de extractos cítricos.
Durante la manipulación de alimentos contaminados se pueden distribuir microorganismos patógenos como
Staphylococcus, Salmonella, virus de Hepatitis A y Norovirus hacia las manos y superficies de contacto, así como en
los utensilios empleados para su preparación.
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