Si la máxima corte del país hubiera respaldado sus reclamaciones, más de 20 millones de personas podrían haber perdido su seguro médico
La Corte Suprema de Estados Unidos desestimó un intento por derogar la ley de atención médica de la administración Obama, conocida como Obamacare, preservando la cobertura de seguro para millones de estadounidenses.
Los jueces, por un voto de 7-2, dejaron intacta toda la ley el jueves al dictaminar que Texas, otros estados liderados por republicanos y dos personas no tenían derecho a presentar su demanda en un tribunal federal.
Las principales disposiciones de la ley incluyen protecciones para personas con condiciones de salud preexistentes, una gama de servicios preventivos sin costo y la expansión del programa Medicaid, que asegura a las personas de bajos ingresos, incluidos aquellos que trabajan en trabajos que no pagan mucho o proporcionar seguro médico.
También se deja vigente el requisito, ahora ineficaz de la ley, de que las personas tengan seguro médico o paguen una multa. El Congreso hizo que esa disposición fuera irrelevante en 2017, cuando redujo la sanción a cero.
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La eliminación de la pena se había convertido en el gancho que Texas y otros estados liderados por republicanos, así como la administración Trump, usaron para atacar toda la ley. Argumentaron que sin el mandato, un pilar de la ley cuando se aprobó en 2010, el resto de la ley también debería caer.
Y con una Corte Suprema más conservadora que incluye a tres personas nombradas por Trump, los opositores del “Obamacare” esperaban que la mayoría de los jueces finalmente acabara con el Obamacare, contra el que han estado luchando durante más de una década.
Pero el tercer gran ataque a la ley en la Corte Suprema terminó de la forma en que lo hicieron los dos primeros, con una mayoría de la corte que rechazó los esfuerzos para destripar la ley o deshacerse de ella por completo.
Los tres nombrados por Trump para la Corte Suprema, los jueces Amy Coney Barrett, Neil Gorsuch y Brett Kavanaugh, dividieron sus votos. Kavanaugh y Barrett se unieron a la mayoría. Gorsuch estaba en desacuerdo, firmando una opinión del juez Samuel Alito.
Esta es la tercera vez que el Tribunal Supremo de Estados Unidos acude al rescate de la pieza más importante del legado del expresidente Barack Obama (2009-2017), una ley sanitaria que ha dado cobertura a más de 20 millones de personas en Estados Unidos y que los republicanos llevan una década tratando de derogar.
El asunto clave en este caso era la decisión que tomó en 2017 el Congreso, entonces controlado por los republicanos, para debilitar uno de los pilares de la reforma sanitaria: el llamado “mandato individual” que obligaba a todos los estadounidenses a contratar un seguro médico.
En 2017, el Congreso dejó en cero la multa económica que existía para aquellos ciudadanos que no lo hicieran.
Y, en reacción, una coalición de 17 estados conservadores pidieron al Supremo que revisara de nuevo la legalidad de Obamacare, argumentando que el cambio que había hecho el Congreso hacía que la ley fuera inconstitucional.
Frente a ello, una coalición de 20 estados demócratas liderados por California y Nueva York expresaron su apoyo a la reforma sanitaria de Obama ante el Tribunal Supremo.
Además, el Gobierno del presidente estadounidense, Joe Biden, urgió en febrero al Supremo a proteger el Obamacare, lo que supuso un cambio de postura con respecto a la Administración de Trump, que quería acabar con la ley.
En respuesta a todos esos argumentos, el Tribunal Supremo hoy argumentó que las alegaciones de los estados conservadores sobre la inconstitucionalidad de Obamacare no son válidas y falló en su contra.
Si la máxima corte del país hubiera respaldado sus reclamaciones, más de 20 millones de personas podrían haber perdido su seguro médico, según estudios del centro de pensamiento Urban Institute.
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CAB