El alcalde recién protestado de Matamoros, José Alberto Granados Fávila, inicia su mandato violando los protocolos de transparencia y compras, instalando rutas de transporte público y adquiriendo patrullas sin licitaciones.
A pocos días de haber asumido el cargo como alcalde de Matamoros, José Alberto Granados Fávila ya enfrenta serios señalamientos por corrupción y abuso de autoridad, tras la polémica puesta en marcha de 11 rutas de transporte escolar sin cumplir con los procesos legales y sin la participación del cabildo ni de los comités de transparencia.
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En un acto celebrado en el Parque Olímpico, Granados Fávila presumió la entrega de más de 13 unidades de transporte escolar que beneficiarían a 1,400 niños de zonas rurales y de difícil acceso. Sin embargo, detrás de la aparente buena acción subyace un entramado de irregularidades. El alcalde no solo pasó por alto la obligación de realizar licitaciones, sino que también ignoró el proceso de revisión por parte del cabildo, la Secretaría de Finanzas y el Comité de Transparencia del municipio, un claro indicio de su desprecio por la legalidad.
Según fuentes cercanas a la administración, los vehículos utilizados para el transporte escolar no son nuevos, sino que fueron adaptados y revestidos con la imagen del Ayuntamiento. “No sabemos de dónde provienen estas unidades, ni quién aprobó su compra. Lo que sí es claro es que no hubo proceso transparente ni justificación para su adquisición”, declaró un funcionario municipal que prefirió mantenerse en el anonimato.
Transparencia en Entredicho
La falta de control y rendición de cuentas no se limita al tema del transporte escolar. Apenas unos días antes, Granados Fávila también implementó la compra de 14 patrullas para reforzar la seguridad en el municipio, sin licitación alguna. En su defensa, el alcalde aseguró que “no estaba obligado a licitar”, en una declaración que refleja no solo desconocimiento de la ley, sino también una actitud cínica y desafiante ante los protocolos establecidos.
“Le faltan justificar al menos veinte etapas del trámite legal”, señaló un miembro del Comité de Transparencia que revisó el caso. Esta actitud de ignorar la normatividad ha generado preocupación entre los ciudadanos y funcionarios, quienes temen que la corrupción y el abuso de poder se conviertan en los pilares de la administración de Granados Fávila.
Un Alcalde con Historia
Este no es el primer incidente que pone en tela de juicio las capacidades y el respeto de Granados Fávila por la ley. Durante su gestión como diputado en el Congreso de Tamaulipas, el ahora alcalde fue exhibido públicamente por su incapacidad para leer correctamente una minuta en una sesión legislativa. Aquel bochornoso momento circuló en redes sociales a nivel nacional, y ahora parece que la incompetencia ha dado paso a la corrupción en su nueva posición.
La ciudadanía de Matamoros ya comienza a expresar su descontento. “No podemos tener un alcalde que actúe como si las leyes no existieran. Es claro que está usando el poder para beneficiarse a sí mismo y a sus allegados”, comentó un residente durante una protesta reciente frente al Palacio Municipal.
El Futuro de Matamoros
A pesar de las buenas intenciones anunciadas por el alcalde en temas de educación y seguridad, su falta de respeto por los procesos legales amenaza con empañar cualquier logro que pudiera alcanzar. La pregunta que ahora queda es: ¿hasta dónde llegará Beto Granados en su intento por consolidar su poder a costa del bienestar y la transparencia de Matamoros?
La sombra de la corrupción ya se cierne sobre su administración, y los ciudadanos esperan respuestas claras y un cambio de rumbo antes de que el daño sea irreversible.