La copa puede modificar la relación y concepto de la sangre menstrual,
ya que su manipulación encauza hacia el autoconocimiento.
Sabemos que el ciclo menstrual comienza en promedio a los 12 años de edad, dura aproximadamente entre 3 a 5 días y se repite cada 21 a 35 días.
Para el manejo del sangrado, nuestras madres y abuelas nos incursionaron en el mundo de las toallas y tampones desechables, pero ¿qué tal si estas no fueran las únicas opciones? Afortunadamente, hay más alternativas como toallas de tela, ropa interior absorbente y la copa menstrual, que bien librarían de rozaduras e incomodidad.
Ya que desde la llegada de la menarca y hasta la menopausia hay un lapso de 35 a 40 años que las separa, se hace necesario considerar opciones en armonía con la higiene, comodidad, salud, ahorro económico y ¿por qué no? con el equilibrio ecológico. En esta línea, es importante conocer que una mujer puede llegar a utilizar hasta 11 mil toallas en su vida fértil, mismas que tardarán en degradarse de 600 a 800 años.
La búsqueda del cuidado íntimo femenino afable con la practicidad de uso, ventaja costo-beneficio y seguridad halla respuesta en la copa menstrual. Tema que nos concierne hoy, se trata de un dispositivo con antecedente histórico inserto en el siglo XX, cuando L. J. Goddard presentó el primer prototipo en 1930 y siete años más tarde, Leona Chalmers patentó el «receptor catamenial» fabricado con caucho vulcanizado que no prosperó por la falta de materia prima que escaseaba en contexto de la Segunda Guerra Mundial. Además, quedó silenciada por el famosísimo Tampax, creado en la misma época por Earle Haas.
Hasta los años noventa se produjeron las primeras copas de silicona hipoalergénica y en la actualidad hay de distintas marcas, colores, materiales y tamaños para el abanico de características femeninas. Escoger una entre tantas opciones puede resultar caótico, incluso podrías inclinarte hacia una guiada por la apariencia o la cantidad de flujo —que la mayoría de las veces no es tan escandalosa como nos hacen creer las toallas sanitarias — sin embargo, la elección de la copa adecuada se relaciona con otros parámetros.
¿Qué necesito saber para una compra acertada de copa?
En esta aventura, nos orienta Victoria Michel, quien se desempeña como comunicóloga y activista, enfocada en la consejería menstrual desde hace cinco años. Por si fuera poco, actualmente es líder de la comunidad más grande en internet sobre salud menstrual: Copa Menstrual México.
No se trata de decantarse por la opción que nos ofrece el supermercado, así como tampoco son pertinentes datos referentes a la actividad sexual o el peso y altura de la persona. En este sentido, Michel diseñó cuatro aspectos a considerar: Altura del molde, firmeza de la copa, talla y por último la marca.
«Escoger la copa menstrual adecuada a nuestras características y necesidades definirá si tenemos una buena o mala experiencia con este artículo. Actualmente existen muchas marcas y diseños de copas menstruales debido a la popularidad que ha tomado en internet, pero es importante aclarar que cada copa tiene un diseño diferente, porque cada cuerpo es diferente».
Sostuvo Victoria Michel.
- Altura del molde: Identificar si se adapta mejor a nuestra vagina un molde corto, mediano o alto. Para medir la profundidad vaginal podemos ayudarnos de un dedo, intentando alcanzar el cérvix en los días de mayor flujo. Los moldes cortos son ideales para profundidad menor a los 5 centímetros; los medianos, para 6 o 5.5 centímetros y los altos para aquellas que rebasen los 7 centímetros.
- Firmeza: Depende de la tonalidad muscular en el suelo pélvico. Para aquellas mujeres sedentarias se recomienda una copa extra suave; para mujeres con actividad regular, suave regular; y la extra firme es ideal para mujeres deportistas.
- Talla: Existen dos, grande y chica y se determina por la edad y partos naturales. «A diferencia de la altura de un molde, la talla hace relación al ancho o estrecho del aro de una copita con la pauta de que menores de 25 años sin partos se pueden inclinar por tallas chicas, mientras que mayores de 25 años o con partos naturales (sin importar edad) con tallas grande», explica Michel.
- Marca: «Nos vamos a topar con muchísimas marcas tanto de alta y baja calidad, de distintos colores, precios, diseños. Este es el último paso para escoger una copa, ya que los primeros nos van a asegurar que el molde nos va a funcionar, mientras que éste nos va a permitir sentirnos satisfechas con nuestra compra».
«Puede parecer confuso esos pasos al principio, por ello se recomienda siempre buscar consejería y asesoría para escoger una copa menstrual», recuerda Michel.
¿Cómo se utiliza?
Y ahora ¿cómo funciona? Al momento de tenerla surgen un mar de dudas ¿cómo la inserto? ¿cómo la extraigo? ¿No se quedará atorada ahí para siempre?
«La copa menstrual se introduce en la vagina de forma fácil y sencilla con un dobles en el molde que permita su fácil inserción, una vez dentro del cuerpo la copita toma su forma natural expandiéndose y agarrándose de las paredes vaginales, logrando un efecto vacío que permite recolectar la sangre menstrual en el interior del recipiente. Se deja en la vagina hasta por un máximo de 12 horas y cuando el cuerpo lo requiere, se retira cuidadosamente para vaciarse, enjuagarse y enseguida volverse a introducir. Este proceso se repite durante todo el periodo menstrual».
Explica la comunicóloga y activista.
¿Cómo cuidar la copa?
Como todo, la copa requiere de medidas de higiene, por ejemplo, deberá esterilizarse antes de cada periodo en agua hirviendo durante cinco minutos —o el tiempo que indique el manual— habrá que supervisarla con constancia para evitar que se queme.
Durante el periodo basta con «enjuagarla con agua para retirar residuos de menstruación», puedes utilizar jabón neutro si así lo deseas, sólo asegúrate de que los orificios queden libres de restos. Para ello, llénala con agua y tápala con la palma de la mano, mientras que con la otra ejercerás presión para que el agua salga por los agujeros.
Finalmente, no olvides guardarla al final del ciclo dentro de una bolsa de algodón, que por lo general viene incluida en la compra.
¿Tiene desventajas?
Al respecto, Michel atribuye la ineludible autoexploración «para el uso de ésta, es necesario tener contacto con nuestra menstruación, vulva y vagina», ejercicio que no exigen otros productos de higiene menstrual. Por ello, «muchas mujeres dudan o rechazan el uso de la copa».
Aceptar y apreciar los procesos naturales por los que pasa nuestro cuerpo, es un camino lento debido a la cultura en la que vivimos.
Pese a ello, Michel sostiene que desde su perspectiva es «la mejor opción para una menstruación saludable y feliz, ayudando no sólo a la mujer, sino también al gasto familiar y medio ambiente».
¿Cómo modifica la copa la relación de las mujeres con su ciclo menstrual?
Algunas usuarias revelaron que el uso de la copa menstrual cambió la percepción que antes de ella tenían sobre el cuerpo femenino y sangre menstrual. Cuanto más se usa, la confianza se acrecenta, así como desaparecen los imaginarios culturales y tabúes.
Las opiniones convergen sobre todo en la naturalidad con la que viven cada periodo, así como en la reducción de cólicos. Otras desmintieron la creencia del mal olor o la abundancia de flujo reflejada en las toallas.
Todo mejoró, no solo la relación que tengo ahora con mi cuerpo, sino que me ayudó a entender que la menstruación es algo totalmente natural y que no es feo o desagradable. Además, ahora me baja menos y sin cólicos ¡Y eso que apenas tengo 3 meses usándola! La amo y jamás la voy a cambiar.
Rigel Hernández.
Me di cuenta de que mi menstruación es muy poca y es aburrido porque quería ver mi copita llena y jamás pasó.
Madeleine Padilla.
Reducieron cólicos, rozaduras, el mal olor de las toallas, reducieron los días de sangrado. En general tengo una menstruación más cómoda y segura. Nada de manchas en mis sábanas al dormir, cero manchas en mi ropa. Sumándole lo bonito que se siente saber que no estoy contaminando mi planeta y estoy cuidando mi bolsillo.
Brenda Jiménez.
Antes odiaba que llegara mi periodo, odiaba sentirme húmeda todo el tiempo y los horribles bajones, pero ahora que la uso cada vez que llega es diferente. Puedo decir que hasta me emociona el saber que la voy a usar ya que lo tomo como un aprendizaje más hacia mi cuerpo y el uso de la copa.
Stephany Paam.
Era un tanto odioso ese proceso, que es natural y no tiene porque verse así, las toallas hacían que lo odiara más por la incomodidad. La copa ha hecho que esté más en contacto con mi cuerpo, al ver la menstruación de otra manera y esa aversión se convierte en algo bonito.
Cynthia Rincón.
No amo menstruar (preferiría no hacerlo), pero dejé de odiarla. A veces olvido que estoy menstruando, por lo que puedo hacer todas mis actividades sin preocuparme de nada. Amo mi copa, amo mi cuerpo y dejé de estar peleada con mi menstruación.
Verónica Morales.
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- Victoria Michel.
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