A más de 5 años y medio de que su cúpula colapsara por el sismo de 2017, los trabajadores del INAH continúan con los trabajos de restauración
Se espera que en el mes de mayo dé inicio la tercera etapa de la restauración del Templo de Nuestra Señora de los Ángeles en la colonia Guerrero de la CDMX
A 67 meses de los sismos de 2017, y pese a los casi 11 millones de pesos invertidos para su recuperación, aún persisten las cicatrices del colapso en el Templo de Nuestra Señora de los Ángeles, ubicada en la colonia Guerrero de la Ciudad de México.
Se trata de uno de los inmuebles más afectados en la capital, donde los arquitectos mantienen un vistoso apuntalamiento para sostener el hueco que dejó el 40% de su cúpula desplomada, la cual ha dado lugar a crecientes grietas y fisuras que se han ido ampliando en los últimos años.
Así lo detalló Antonio Mondragón, director de Apoyo Técnico de la Coordinación de Monumentos Históricos del INAH, durante un recorrido por el inmueble, en el que mostró los trabajos realizados en las dos primeras etapas, llevadas a cabo en 2020 y 2022.
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Y adelantó que en este mes podría iniciar la tercera etapa. “Tenemos previsto iniciar en mayo, si es que el proceso de licitación (resulta favorable) y los trabajos se puedan adjudicar a una empresa”, con lo cual esperarían concluir en diciembre próximo.
“A veces sucede que se abre el concurso, las empresas se inscriben, presentan sus propuestas, pero si no hay alguna empresa que aporte la documentación completa dentro de los parámetros del presupuesto asignado, (la licitación) se tiene que declarar desierta.
Esto implica que no se pueda adjudicar y, entonces, se tiene que hacer un siguiente proceso, pero eso lleva tiempo. Por ahora, lo que estamos trabajando es para iniciar en este mes y (ejecutar los trabajos) de aquí a diciembre, es decir, tendríamos seis meses y medio de obra”, explica Mondragón.
¿En qué consistirán los trabajos de la tercera etapa?
Según lo explicado por Mondragón, “La primera fue el apuntalamiento del inmueble (con la colocación de armaduras y de un hiperboloide con forma cónica que sostiene la cúpula que se mantiene en pie) y la colocación de una protección para evitar que le entrara agua; el año pasado se realizó la segunda etapa, que incluyó la intervención del camarín en la sacristía.”
En la tercera etapa se consolidará la parte baja de la estructura (la cimentación), los apoyos de la estructura y la restitución de la cúpula. Será la parte más compleja, para lo cual vamos a ir haciendo la reproducción de cada pieza (perdida).
En arquitectura, este trabajo se llama estereotomía, es decir, se trata de darle una forma geométrica muy determinada a cada una de las piezas y ése es un trabajo para el que hay que elaborar una serie de plantillas y un trabajo especializado con cantereros que permitan reproducir cada una de estas piezas”, apunta.
Mondragón detalló que para el soporte en la cúpula se colocarán algunos tensores dentro de la tercera etapa. Esos tensores complementarán el trabajo y evitarán que en un futuro sismo tienda a abrirse
Añadió que con la tercera etapa tendremos un avance importante en la rehabilitación, pero haría falta una siguiente etapa para cumplir con el objetivo.
Hablar de la terminación de los trabajos necesarios en un edificio de esta naturaleza, son interminables, pero el compromiso del INAH es devolverle las condiciones de uso para el culto público”.
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