La pieza musical, incluída en el disco Urban Hymns, no les dejó ni un sólo peso de las múltiples regalías que generó a la agrupación The Verve, ¿por qué?
Todos los que crecimos con la oleada musical del rock alternativo progresivo de la década de los 90, sabemos que junto con “Wonderwall”, de Oasis y “Hotel California” de The Eagles, “Bitter Sweet Symphony” de la extinta banda The Verve, es una melodía clásica de la época.
Sin embargo, la otrora banda liderada por Richard Ashcroft y su icónica canción, estuvieron inmersos en el ojo del huracán por una disputa de derechos que los involucró directamente con una demanda de parte de los Rolling Stones.
Y aunque muchos no lo saben, la famosa canción lanzada un 16 de junio de 1997, utiliza una muestra de 5 notas que la banda de Mick Jagger había utilizado en su canción “The Last Time” del álbum Out of our heads, previo acuerdo con Ashcroft, la disquera y la banda británica.
Este acuerdo permitió que las ganancias de la canción para ambas agrupaciones quedaran en un 50/50 a cambio de ese beat que se aprecia en el ritmo de cuerdas con la primer estrofa cantada.
No obstante, la pieza musical, incluída en el disco Urban Hymns, no les dejó ni un sólo peso de las múltiples regalías que generó en Estados Unidos, Reino Unido y diferentes partes del mundo a la agrupación The Verve.
Esto ocurrió porque entre los arreglos que la banda hizo a la canción, había una mezcla producida por Andrew Loog Oldham, antiguo manager de The Rolling Stones, la cual le vendió después al nuevo representante de la banda, Allen Kelin.
Cuando Klein se dio cuenta del impacto de la canción decidió entablar en 1998 una demanda contra The Verve, argumentando que habían incumplido el acuerdo pues Richard Ashcroft usó más elementos musicales que los que habían pactado y les pidieron el 100% de las ganancias de dicho tema.
Por su parte The Verve, defendió a capa y espada su creación, diciendo que en total se le habían realizado cerca de 50 arreglos a la canción y que por ende, era una creación original, esto sin considerar la letra que se compuso para dicha canción.
Sin embargo, y dado el peso que tenía la compañía de los Rolling Stones, la agrupación definió cederle los derechos completos a la compañía disquera y acreditaron como compositores a Mick Jagger y a Keith Richards.
En 1999 la canción fue nominada a un Grammy por “Mejor Canción Rock”, categoría que le da el crédito a los escritores de la canción, en este caso terminó siendo para Jagger y Richards.
No cabe duda que en sí esta rola es triste, pero para los de The Verve lo es más, pues terminó siendo de sus canciones más famosas y de la única de la que no pudieron cobrar ni un centavo ni demostrar su originalidad.
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