La ciudadanía ha señalado que las penas a los agresores de niñas y mujeres en el país no están combatiendo estos crímenes desde raíz.
Dos casos diferentes de abuso hacia dos menores de dos años de edad, ha causado gran indignación entre la sociedad argentina, la cual pide a las autoridades den la máxima pena posible a los agresores de las infantes.
El primer caso corresponde a una menor que fue abusada sexualmente por la pareja de sentimental de una mujer, la cual intentó ocultar el crimen cometido.
Este hecho ocurrió en la ciudad de Mar de Ajó, el pasado 11 de noviembre cuando la pequeña fue ingresada al Hospital Municipal por un supuesto dolor estomacal.
Al revisar a la niña, los médicos descubrieron que se trataba en realidad de un caso de violación y tuvieron que realizar una cirugía de emergencia para detener la hemorragia que presentaba la menor.
Según la madre de la víctima, su hija se había “golpeado la parte genital con la pelela [bacinilla] y por eso estaba sangrando”. Sin embargo, al investigar el caso, se descubrió que el crimen fue cometido por su padrastro y la madre intentaba cubrirlo.
Al saberse el caso, vecinos de la ciudad emprendieron un pedido de justicia para la menor y rodearon la comisaría local con carteles, e inclusive presionaron a la madre para que entregara al presunto responsable de nombre Lucas Navarro, quien terminó confesando el hecho y fue puesto en prisión preventiva.
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El segundo caso ocurrió el pasado 18 de octubre en San Miguel de Tucumán, donde una menor también de dos años de edad de nombre Abigail, fue asesinada a golpes por su padrastro Juan Gerardo Paz, enojado porque los llantos de la menor no le dejaban estudiar.
Según los medios locales, la madre intentó interponerse para evitar que continuaran las patadas y los golpes, aunque sin éxito y cuando logró trasladar a su hija al hospital, los sanitarios tan solo pudieron confirmar la muerte de la infante a causa de un traumatismo de cráneo.
Asimismo, una autopsia posterior reveló que tenía además lesiones en un pulmón, un riñón y fracturas en al menos tres costillas.
En ese centro asistencial, la madre de la niña develó que no era la primera vez que su pareja agredía a su hija y que por miedo no lo había denunciado antes, por lo que los trabajadores del hospital alertaron de inmediato a la Policía, quienes lograron aprehender al acusado.
En un juicio abreviado, el asesino fue condenado a 25 años de prisión por el crimen, aunque los denunciantes pedían una pena mayor al contar con antecedentes de violencia intrafamiliar.
Con información de RT
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