“El lugar de trabajo como lo conocíamos ya no existe más”, advirtió Vinícius Pinheiro, Director Regional de la OIT para América Latina y el Caribe
El Día Internacional del Trabajo, festivo en muchos países, a excepción de Estados Unidos, Canadá o Australia, transcurrió sin concentraciones, por primera vez en la historia de los sindicatos, que llamaron a otras formas de movilización, en los balcones o en las redes sociales.
Como en Indonesia, donde la principal confederación desplegó pancartas en 200 ciudades e invitó a “manifestarse desde casa”, o en Zaragoza (España), donde los ciudadanos se manifestaron desde el coche, sacando banderines y pancartas por la ventanilla.
La principal reivindicación es que se garanticen los salarios pues, al igual que en el resto del mundo, la pandemia obligó a innumerables empresas a reducir o suspender su actividad.
Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), al menos 1,600 millones de personas podrían perder sus empleos debido al confinamiento y a la consecuente recesión histórica.
#DiaDelTrabajo
— OIT México (@OITMexico) May 1, 2020
“El legado perdurable de esta crisis que afecta a todo el mundo en el 2020, debe ser un #PrimerodeMayo del 2021 que evidencie los avances hacia una normalidad mejor.”
– @GuyRyder , Director General de la OIT pic.twitter.com/1Vw7pz8032
En este sentido, el informe mundial “Observatorio de la OIT: El COVID-19 y el mundo del trabajo – Tercera edición ”, presentado esta semana, señala que en América Latina y el Caribe, unas 158 millones de personas que trabajan en condiciones de informalidad, equivalente a 54% del empleo total, habrían visto reducidos sus ingresos hasta en 81%, muy por encima de la medida mundial de 60%, de acuerdo con los datos recopilados en el marco de la elaboración de este informe.
Adicionalmente, el informe estima que en esta región alrededor de 89% de los trabajadores informales, cerca de 140 millones de personas, que es casi la mitad de la fuerza de trabajo regional total, se encuentran en riesgo alto de perder medios de subsistencia debido a las restricciones a la actividad económica.
El documento dice que en todo el mundo alrededor de 436 millones de empresas de diverso tamaño en los sectores económicos más afectados “enfrentan un alto riesgo de experimentar graves perturbaciones”.
“Un enemigo invisible ha impactado los mercados laborales de la región y puso en evidencia los problemas de inestabilidad laboral, bajos ingresos, precariedad, y escasa o nula protección que implica trabajar en condiciones de informalidad”, comentó Vinícius Pinheiro, Director Regional de la OIT para América Latina y el Caribe.
América Latina y el Caribe: Primero de Mayo en confinamiento. #1deMayo #DiaInternacionalDelTrabajador #COVID19 #NoContagiemosAlEmpleo
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“El lugar de trabajo como lo conocíamos ya no existe más”, advirtió durante una conferencia sobre este tema realizada esta semana, donde se destacó que este tema ha sido esencial durante la emergencia, en el caso de los sectores que han continuado operando, y será aún más relevante al reabrirse las actividades productivas.
“Del éxito que tengamos en la aplicación de medidas de salud y seguridad en el trabajo dependerá la superación de la pandemia y la prevención de los rebotes cuando haya una reactivación de la economía”, agregó.
Por su parte, Unicef advirtió que decenas de países corren el riesgo de carecer de vacunas contra el sarampión por las restricciones en el transporte aéreo.
Estados Unidos, país más afectado con casi 63,000 fallecidos, registró más de 30 millones de solicitudes de ayudas por desempleo desde mediados de marzo, un récord. Boeing, golpeado por el cese de los viajes internacionales, anunció el lanzamiento de una oferta de bonos de 25,000 millones de dólares.
En Europa, el gigante de los vuelos a bajo coste Ryanair anunció la supresión de 3,000 empleos.
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