La Salud Mental es tan importante como la del resto del cuerpo, los padecimientos mentales son tan incapacitantes como cualquier otra enfermedad
Hablar de Salud Mental sigue siendo un tema tabú, por un lado se hace énfasis en su importancia, pero se sigue discriminando a quien padece una enfermedad.
Esto hace que la gente siga posponiendo sus tratamientos, lo que puede agudizar los padecimientos y en casos más extremos, se termine en el suicidio.
La prevención del suicidio es el tema en el que se centrará este Día Mundial de la Salud Mental, el cual se celebra el 10 de octubre, desde 1992.
La celebración de este día es una iniciativa de la Federación Mundial de la Salud Mental (WFMH, por sus siglas en inglés), la cual fue respaldada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), y más de 100 países la llevan a a cabo.
Además de la bioquímica del cerebro, muchos otros factores influyen en desarrollar un trastorno mental, siendo la depresión y la ansiedad los más comunes de ellos.
Pero en este sector existen muchos padecimientos, algunos más limitantes que otros, pero todos, sin excepción, si no se tratan, pueden llegar a mermar la funcionalidad de las personas.
Salud Mental en cifras
- Según la OMS el suicidio es la segunda causa de muerte de las personas entre 15 y 29 años, y es el motivo de muerte casi 800.000 personas al año. Cada 40 segundos se registra un suicidio en el mundo.
- El 80% de los suicidios de todo el mundo ocurren en países o comunidades de bajo o mediano ingreso.
- Se calcula que aproximadamente el 20% de los niños y adolescentes del mundo tienen trastornos o problemas mentales. Cerca de la mitad de los trastornos mentales se manifiestan antes de los 14 años. En todas las culturas se observan tipos de trastornos similares.
- Los trastornos neuropsiquiátricos figuran entre las principales causas de discapacidad entre los jóvenes.
- Los trastornos mentales y los trastornos ligados al consumo de sustancias son la principal causa de discapacidad en el mundo, son la causa de cerca del 23% de los años perdidos por discapacidad.
- La guerra y las catástrofes tienen efectos importantes en la salud mental y el bienestar psicosocial, la incidencia de los trastornos mentales tiende a duplicarse después de las emergencias.
- Los trastornos mentales figuran entre los factores de riesgo importantes de otras enfermedades y de lesiones no intencionales o intencionales
- Los trastornos mentales aumentan el riesgo de contraer otras enfermedades como la infección por VIH, las enfermedades cardiovasculares o la diabetes, y viceversa.
- En muchos países son frecuentes las denuncias de violaciones de los derechos humanos de las personas con discapacidad mental o psicológica
- Esas violaciones incluyen la coerción física, la reclusión y la privación de las necesidades básicas y la intimidad. Pocos países cuentan con un marco legal que proteja debidamente los derechos de las personas con trastornos mentales.
Tratamiento médico, la única solución
La salud mental también requiere atención médica integral, dependiendo la gravedad del problema, se requiere de un psiquiatra, un psicólogo y revisiones médicas generales periódicas.
Los medicamentos psiquiátricos suelen tener una serie de reacciones secundarias, en algunos casos efectos adversos, por ello sólo un médico puede valorar que es lo más conveniente para el paciente.
El no tratarse trae severas consecuencias, para quien lo padece puede ser una limitante de vida, para quien los rodea un desgaste al no saber como ayudar.
Pero lo más grave es que una enfermedad mental no atendida es un importante riesgo para que se cometa suicidio.
Empatía, no discriminación
La estigmatización y la discriminación de que son víctimas los enfermos y sus familiares disuaden a los pacientes de recurrir a los servicios de salud mental
La ignorancia y la estigmatización que rodean a las enfermedades mentales están muy extendidas. Pese a disponer de tratamientos eficaces, existe la creencia de que no es posible tratar los trastornos mentales, o de que las personas que los padecen son difíciles, poco inteligentes o incapaces de tomar decisiones.
Esa estigmatización puede dar lugar a malos tratos, rechazo y aislamiento, y privar a las personas afectadas de atención médica y apoyo.
Cuando se tiene un trastorno mental es común que la gente comienza a aislarse, las personas que están a su alrededor no suelen comprender lo que les pasa, sintiendo fastidiosas sus quejas.
Otra cosa muy común en estos casos es responder con un : échale ganas, por lo que los afectados se sienten doblemente presionados, no se trata de empeño, se requiere atención médica.
Pero ¿Qué pasa cuando el mismo sector médico discrimina? Lamentablemente los mismos médicos llegan a discriminar a las personas con trastornos mentales, minimizan sus otros padecimientos.
El trato es otra cosa que se modifica, personal sanitario cambia la forma en que trata a un paciente al saber que toma medicamentos psiquiátricos.
Dentro del sistema de salud, es muy frecuente que esas personas reciban tratamiento en instituciones que se parecen más a almacenes humanos, que a lugares para curarse.
La familia en muchas ocasiones es también un punto débil, al no comprender, suelen enfadarse y discriminar.
Todo lo anterior lleva a quien padece un trastorno a sentirse aún peor, su reacción es aislarse para protegerse, pero esto es muy muy peligroso, pues en este punto el riesgo de suicidio aumenta considerablemente.
Un grito de auxilio, no una llamada de atención
Si bien muchas de las personas que cometen suicidio lo hacen sin decir nada, muchas otras lo dicen constantemente, siendo esto considerado un chantaje o una forma de llamar la atención.
Lo cierto es que lejos de serlo, es una forma de pedir ayuda, la persona que lo dice en realidad desea hacerlo, pero algo la detiene y desea que alguien más lo confirme.
También hay algunos padecimientos en que las personas tienen comportamientos impulsivos y el tratar de suicidarse es parte de ellos.
DMS
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