Cristina Kirchner acaba de ser condenada a 6 años de prisión e inhabilitación de por vida para ejercer cargos públicos.
Condenan a 6 años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos a Cristina Kirchner, expresidenta y actual vicepresidenta de Argentina.
Esto por defraudación al Estado, se le acusa de desviar cientos de millones de dólares en contratos.
Este martes se leyó la sentencia por llamado caso Vialidad, en el que hay denuncias de corrupción en contratos de obras públicas.
“Se la considera autora penalmente responsable del delito de administración fraudulenta en perjuicio de la administración pública”, leyó el presidente del tribunal, que absolvió a la ex presidenta del delito de “asociación ilícita”
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Nunca antes en Argentina un vicepresidente en ejercicio había sido condenado por la Justicia. En el caso de Fernández de Kirchner, de 69 años, la sentencia cobra un significado aún mayor, porque se trata de la dirigente más influyente y polarizadora de las últimas dos décadas en el país.
La fiscalía pedía 12 años e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos, pero el Tribunal Oral Federal 2 determinó que fueran la mitad.
En el momento de ser condenada, Fernández de Kirchner estaba en ejercicio de la Presidencia de la Nación, ya que el jefe de Estado, Alberto Fernández, viajó este martes a Montevideo, Uruguay, para asistir a la Cumbre del Mercosur.
No ingresará a prisión y el fallo
Pese a la condena, Fernández de Kirchner no ingresará en prisión: tiene la posibilidad de apelar y está además protegida por fueros especiales como vicepresidenta. E
n el caso de que en las instancias de apelación se confirme la condena, la prisión sería domiciliaria, beneficio que tienen en Argentina aquellos que superan los 70 años de edad.
El fallo confirmó que la vicepresidenta de Alberto Fernández encabezó durante sus dos presidencias un sistema que, a través de contratos de obra pública, defraudaba al Estado mediante el direccionamiento de contratos millonarios de obras viales en la provincia patagónica de Santa Cruz, que los Kirchner controlan desde hace tres décadas.
Los fiscales Diego Luciani y Sergio Mola afirmaron que las obras contratadas quedaron incompletas, tenían sobreprecio e incluso eran innecesarias. Lázaro Báez, el hombre que pasó de simple cajero en el Banco de Santa Cruz a magnate de la construcción, recibía todos los contratos. Por distintas vías ese dinero llegaba luego a los Kirchner.
Para hacer el desvío de fondos, “de la noche a la mañana se convirtió en empresario de la construcción a Lázaro Báez, amigo del entonces presidente de la Nación y socio comercial de este y de su esposa”, detalló Luciani.
Báez ya fue condenado a 12 años de prisión por lavado de dinero, condena apelada por su defensa. En el caso fallado hoy, la condena fue de seis años.
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CAB