
El Vaticano anunció que el cónclave para elegir al sucesor del papa Francisco comenzará el 7 de mayo, con la participación de 135 cardenales electores de todo el mundo.
El Vaticano confirmó este lunes que el cónclave para elegir al sucesor del papa Francisco comenzará el próximo 7 de mayo. La decisión fue tomada tras la muerte del pontífice latinoamericano, quien falleció el 21 de abril a los 88 años, apenas un día después de impartir la bendición pascual.
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El vocero oficial del Vaticano dio a conocer la fecha, en paralelo al anuncio del cierre temporal de la Capilla Sixtina, el histórico recinto decorado por Miguel Ángel donde se llevará a cabo la votación. Como es tradición, los cardenales menores de 80 años serán los únicos con derecho a sufragar en esta elección, tras participar en una misa solemne en la Basílica de San Pedro.
La sepultura de Francisco, realizada el pasado sábado, congregó a más de 400 mil personas y a numerosos líderes mundiales. Luego de su funeral, los 252 cardenales fueron llamados a Roma para iniciar el proceso de sucesión. De ellos, 135 podrán votar, y aproximadamente el 80% fue nombrado por el propio Francisco. Aunque los electores provienen de todos los continentes, Europa sigue dominando el bloque con 53 cardenales, seguida por Asia y Oceanía (27), América Latina y el Caribe (21), África (18) y América del Norte (16). Italia es el país con más representantes (19), seguido de Estados Unidos (10) y Brasil (7).
Un proceso de siglos
El cónclave —del latín cum clavis, “bajo llave”— es un mecanismo que se remonta a la Edad Media. Su esencia permanece: los cardenales deben aislarse en la residencia de Santa Marta mientras dure la elección, bajo estrictas reglas de incomunicación. No se permite el uso de teléfonos móviles ni acceso a medios de comunicación, y cualquier violación al secreto puede ser sancionada con la excomunión inmediata.
A lo largo del cónclave, los cardenales realizan cuatro votaciones diarias —dos en la mañana y dos en la tarde— hasta que uno de los candidatos obtenga una mayoría calificada de dos tercios. Tras cada par de votaciones, las papeletas son quemadas: si el humo que sale de la chimenea de la Capilla Sixtina es negro, no se ha alcanzado un acuerdo; si es blanco, un nuevo Papa ha sido elegido.
En caso de no lograr una elección después de tres días, los participantes toman una jornada de oración antes de reanudar el proceso. Aunque teóricamente cualquier varón católico adulto puede ser elegido Papa, en la práctica moderna la elección recae casi siempre entre los propios cardenales.
Los cardenales enfermos que no puedan trasladarse a la Capilla podrán emitir su voto desde sus habitaciones.
Con información de Excelsior