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Durante la ceremonia de los Premios Oscar 2025, el presentador Conan O’Brien hizo una broma que rápidamente llamó la atención de los asistentes y de los internautas.
O’Brien aprovechó la polémica que había surgido días antes sobre los tuits de la actriz Karla Sofía Gascón, quien se vio envuelta en controversia por comentarios pasados que fueron considerados racistas. Estos tuits, que criticaban a La Academia y tocaban temas delicados como el caso de George Floyd, habían desatado un fuerte debate en las redes sociales.
Al inicio de la gala, mientras hablaba de las nominaciones y producciones, O’Brien hizo referencia a Gascón de manera jocosa. Durante su discurso, comentó sobre la película “Anora”, en la que se usa frecuentemente la palabra “fuck”, y bromeó diciendo que esa misma palabra probablemente fue mencionada por el representante de Gascón al enterarse de los tuits de la actriz. El comentario fue recibido con risas entre los presentes, reflejando cómo la controversia había llegado hasta la ceremonia de los Oscar.
Además, O’Brien siguió la broma diciendo: “Karla, si twitteas algo sobre los Oscar, mi nombre es Jimmy Kimmel”, haciendo un guiño a otro conocido conductor de televisión. Este tipo de bromas no pasó desapercibido, y rápidamente se difundió a través de las redes sociales, donde muchos usuarios se unieron a la burla, lo que incrementó aún más la visibilidad de la controversia.
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Aunque Gascón estaba presente en el evento, su presencia no fue tan destacada, ya que decidió no desfilar por la alfombra roja, lo que aumentó las especulaciones sobre su estado emocional ante la situación. A pesar de la tensión generada por sus comentarios pasados, la actriz, que estaba nominada a Mejor Actriz por su papel en “Emilia Pérez”, no dejó de ser un tema de conversación entre los asistentes y en los medios de comunicación.
Este incidente pone de manifiesto cómo las redes sociales y las polémicas previas a eventos de gran magnitud, como los Oscar, pueden influir de manera directa en la percepción pública de los involucrados. La broma de O’Brien, que inicialmente pareció inofensiva, refleja la interacción entre el entretenimiento y las controversias que emergen en la era digital.