Liverpool ha hecho un juego perfecto, presionó en todo el terreno del campo para quitarles lo que mejor saben hacer los catalanes, tocar el balón
Liverpool remontó el 3-0 que había recibido en la casa del Barcelona, y hoy le metió cuatro goles a un Barcelona que no pudo quitarse del todo la presión del equipo inglés.
Y es que desde que Lionel Messi eliminó a Luis Suárez como opción de pase para gol, él se ha vuelto el único referente en el ataque del equipo español; hace que la marca sea más fácil para los rivales.
La sequía de Suárez no es gratuita pues Messi ha podido darse el lujo de buscar más opciones antes que pasar el balón al jugador uruguayo, esto producto del peso y la jerarquía que tiene; además, sus compañeros antes que pensar en patear a gol quieren regresar el balón al argentino. En más de una ocasión el 10 catalán a hecho rabieta por no recibir el esférico de vuelta.
Sin embargo, hoy el Liverpool ha hecho un juego perfecto. Inició el partido con una presión en todo el terreno del campo para quitarles lo que mejor saben hacer los catalanes, tocar el balón.
El esquema táctico le rindió frutos temprano en el partido al entrenador Jürger Klopp, pues a los 7 minutos una equivocación de Jordi Alba le dejaría el balón a Mané quien cerraría por el centro para después dar pase a Hendersón que dispararía, pero Ter Stegen rechazaría; ahí le quedó a Origi quien remató con la puerta abierta (1-0).
El equipo inglés siguió con el buen juego, Barcelona tendría un par de ocasiones pero el portero Alisson salvaría su arco convirtiéndose en una de las figuras del partido. Por el minuto 25 los locales bajaron la intensidad en la presión y dejarían respirar a los de España. Con ese marcador se iban al descanso.
En el segundo tiempo Klopp tuvo que ajustar con un cambio y metió a Wijnaldum. El equipo local salía de nuevo con todo. Al minuto 54 de nuevo encontraban la recompensa justo con el jugador de cambio y ponía el 2-0.
Dos minutos después Wijnaldum lo volvía a hacer, esta ocasión con un remate de cabeza empataban el global 3-3.
Con esto el encuentro se calmó, Valverde intentó ajustar con pocos resultados, el Barcelona respiraba un poco y parecía que los dos quipos se preparaban, guardando energía para el tiempo extra.
Después, en un tiro de esquina, mientras Ter Stegen aplaudía para alentar a sus compañeros, Alexander-Arnold se daba cuenta que Origi estaba solo y madruga, mandando un pase por abajo directo al área; la defensa del Barcelona reaccionó tardíamente y Origi empujaba el balón a la red (4-0).
Al equipo español ya no le alcanzó el tiempo para poder anotar un gol. Así el Liverpool llega a la final de la Champions League esperando rival, Tottenham o Ajax; mañana se conocerá cuál de estos dos equipos se enfrentará a los de Inglaterra.
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