Hoy muchos primos de un amigo andan cargando una deuda considerable después del Buen Fin y todavía ni llegamos a Navidad… Pero no todo está perdido
Déjenme adivinar, planearon todo para el Buen Fin. Tenían el presupuesto establecido y las compras necesarias, pero al llegar a las tiendas perdieron el control.
Una oferta los llevó a otra, aprovecharon para comprar los regalos de fin de año y hasta uno que otro antojo. Se maravillaron con los meses sin intereses, se dejaron seducir por el típico “bueno, qué tanto es tantito”.
Y algunos que iban con el novio o la novia, aprovecharon hasta para comprar algo a la esposa y al amante.
En resumen, hoy muchos primos de un amigo andan cargando una deuda considerable y todavía ni llegamos a Navidad. Pero ¿está todo perdido? No precisamente, es sólo cuestión de organizarse y salir de la deuda paso a paso sin tanto estrés, ni perdiendo el sueño o la salud.
Para la Condusef la solución radica en la disciplina y en la planeación. Y a pesar de que no hay un plan maestro que funcione para todo tipo de deudas, aquí tenemos algunas recomendaciones que podrían ajustar según lo que deben y lo que tienen que pagar.
Lo primero; de todo el dinero que ganas al mes resta los gastos fijos, esos que no pueden esperar como renta, servicios, colegiaturas, etc. Después quita los gastos variables: ropa, transporte o amenidades.
Luego haz un listado a detalle de todo lo que gastas y empieza a restar esas salidas innecesarias como: propinas excesivas, idas a la tienda, compra de apps, etc. Y termina limitando algunos gastos como idas al cine, tele por cable o el plan de datos del celular.
Con el resto, más todo lo que comenzarás a ahorrar por recorte de gastos, empieza a pagar las tarjetas con deuda mayor o con la taza de interés más alta. Paga siempre más del mínimo y ponte como objetivo principal liquidar la deuda más cara y así sucesivamente.
Mientras haces esto guarda tus tarjetas, escóndelas o si de plano crees que caerás en la tentación destruyelas, pues al final el banco te las puede reponer.
Cuando termines de pagar tus deudas, reflexiona sobre lo aprendido y mejora tus estrategias. Pues no se trata de dejar de comprar, ya que la economía necesita moverse.
Solo es cosa de hacerlo inteligentemente y sin que la vida se te vaya en ello. Ya en el peor de los casos, siempre puedes recurrir a una reestructura de deuda o solicitud de pagos fijos, pero esperemos nunca llegar a tanto.
Y mientras liquidas, disfruta tus compras y recuerda que el crédito es tan sólo una extensión que te permite gozar antes, lo que tendrás que pagar después.
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