Si tiene planeado participar en un concurso de comer chiles, debería pensárselo dos veces, alertan los médicos. La advertencia viene después que un hombre tuviera que ser tratado después de comer “Carolina reaper”, o segador de Carolina, considerado uno de los ajíes más picantes del mundo.
Un estudio sobre este caso fue publicado en la revista BMJ Case Reports. En él, los médicos describen lo ocurrido a un individuo de 34 años que acudió a emergencias después de empezar a sufrir un severo y repentino dolor de cabeza. Las molestias comenzaron con arcadas inmediatamente después de comer este fruto.
El picor del segador de Carolina varía entre 1,150,020 y 2,200,000 puntos en la escala de Scoville, una medida que evalúa la pungencia de los pimientos. Se trata de una variedad tan picante que solo puede ser manejada con guantes. Por ejemplo, el picor del jalapeño varía entre 2,500 y 5,000 puntos, cerca de 400 veces más flojo que el del “Carolina Reaper”.
“Comenzaba repentinamente como un dolor severo en la parte posterior del cuello y luego se extendía por toda la cabeza”, describió los síntomas del paciente el doctor Kulothungan Gunasekaran, del hospital Henry Ford de Detroit. “Se trataba de una típica cefalea en trueno”, explicó.
Durante varios días, el hombre sufrió distintos episodios de fuertes dolores de cabeza de manera breve pero intensa. Solo duraban unos segundos, pero el dolor era tan agudo que decidió acudir a urgencias.
Una tomografía computarizada mostró que varias de las arterias del cerebro del hombre se habían contraído, lo que condujo a un diagnóstico de síndrome de vasoconstricción cerebral reversible. Esta condición se caracteriza por un estrechamiento temporal de las arterias acompañado de una cefalea en trueno.
Esta peligrosa dolencia no siempre tiene una causa específica, pero puede ser provocada por ciertos medicamentos recetados o por el consumo de drogas ilegales. Este es el primer caso que se asocia con comer chiles picantes.
El neurólogo Gregory Cummings determinó el diagnóstico después de revisar la literatura científica sobre el tema y descubrió que se había relacionado la ingesta de cayena con una constricción repentina de la arteria coronaria e incluso con ataques cardíacos.
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