Hoy marca el cierre de la campaña electoral, y Xóchitl Gálvez Ruiz, la candidata de la oposición, ha finalizado sus giras y eventos masivos después de una semana llena de actividad en la que su discurso ha evolucionado hacia el electorado de derecha, que aún la miraba con escepticismo.
Ayer, durante su discurso, Gálvez Ruiz adoptó una frase que se hizo famosa por el presidente argentino de extrema derecha, Javier Milei: “¡Viva la libertad, carajo!”, aunque con una modificación.
En su penúltimo día de campaña, Gálvez Ruiz utilizó la expresión durante un discurso en San Juan del Río, Querétaro, donde discutió extensamente los problemas de seguridad y luego se comprometió a poner fin a “la fiesta de los criminales”.
Desde el tercer y último debate presidencial del 19 de mayo pasado, Xóchitl Gálvez ya había mostrado signos de acercamiento a la ultraderecha al hacer referencias al ateísmo de su contrincante, la candidata oficialista Claudia Sheinbaum. Gálvez reprochó a Sheinbaum su visita al Papa Francisco llevando una falda estampada con la imagen de la Virgen de Guadalupe, insinuando que es atea.
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Inmersa en abrazar ciertos planteamientos asociados a las izquierdas, como el de las ayudas sociales, a la candidata de la coalición “Fuerza y Corazón por México” le resultó difícil alejarse de sus posturas progresistas hasta que un cambio en la estrategia discursiva se volvió evidente con gestos dirigidos al electorado más conservador.
Hoy, en el último día de campaña, durante un primer acto en Los Reyes La Paz, Estado de México, Xóchitl Gálvez se centró en la defensa de la familia, uno de los principios fundamentales de las derechas mexicanas. En su evento final en Monterrey, Nuevo León, la candidata del PAN-PRI-PRD hizo referencia precisamente a la unión de estos partidos, que en el pasado fueron adversarios.