Científicos anuncian la identificación de extensos depósitos de agua congelada en cráteres del Polo Norte lunar.
Los investigadores han verificado la presencia de alrededor de 600 millones de toneladas de agua congelada dentro de cráteres cercanos al polo norte de la Luna.
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Este hallazgo, obtenido a través del radar Mini-SAR de la NASA, a bordo de la nave espacial india Chandrayaan-1, sugiere un futuro prometedor para las misiones lunares y potencialmente para la colonización del satélite natural de la Tierra.
Los 600 mil millones de litros de agua se distribuyen en alrededor de 40 cráteres, con diámetros que varían de 2 a 15 km, en regiones lunares que han permanecido en oscuridad y frío por millones de años. Esta condición de sombra permanente ha permitido la formación y preservación de depósitos estables de hielo.
El análisis de las imágenes captadas por el Mini-SAR ha sido crucial para confirmar la sospecha de que bajo la superficie de estos cráteres de bordes afilados y campos de rocas, se encuentra una capa de hielo de agua. La “rugosidad superficial” única observada en estas áreas indica una composición diferente en el interior de los cráteres, atribuida a la presencia de hielo.
Los investigadores interpretan que el hielo detectado debe ser relativamente puro y tener un espesor de al menos un par de metros para producir las señales observadas por el radar. Este hallazgo se alinea con otros descubrimientos recientes de la NASA, que han indicado la presencia de moléculas de agua y vapor en la superficie lunar.
Paul Spudis, investigador principal del experimento Mini-SAR en el Instituto Planetario de Houston, destacó que las evidencias acumuladas sugieren una dinámica activa de agua en la Luna, involucrando procesos de creación, migración, deposición y retención. Este conocimiento abre nuevas perspectivas para la exploración científica y operativa de la Luna, ofreciendo objetivos concretos para futuras misiones.
La confirmación de vastos depósitos de hielo no solo refuerza la importancia científica de la Luna sino que también potencia su atractivo como destino para la exploración y eventual colonización. La disponibilidad de agua podría ser un recurso clave para el sostén de la vida y la producción de combustible para cohetes, facilitando la presencia humana a largo plazo y la exploración más allá de nuestro sistema solar.
Este descubrimiento resalta la Luna como un objetivo aún más valioso y fascinante para la comunidad científica y exploratoria global, prometiendo expandir nuestros horizontes en el vasto campo de la exploración espacial.