El VIH del “Paciente de Londres”, que permanece en el anonimato, empezó su remisión como consecuencia de un trasplante de médula ósea cuyo objetivo era tratar el cáncer que también padecía
Científicos consideran que un hombre de Londres que lleva un año y medio en remisión de VIH es el segundo paciente en todo el mundo con el virus curado doce años después del primero, según medios estadounidenses.
El VIH del “Paciente de Londres”, que permanece en el anonimato, empezó su remisión como consecuencia de un trasplante de médula ósea cuyo objetivo era tratar el cáncer que también padecía. El caso es casi idéntico al de Timothy Brown, conocido en los círculos médicos como “Paciente de Berlín”, que en 2007 fue el primer paciente declarado curado de VIH.
En los dos casos las cédulas óseas que recibieron provenían de donantes con un gen CCR5 disfuncional. Otros pacientes de VIH que recibieron trasplantes de cédulas con el gen CCR5 funcional, experimentaron mejoría y estuvieron meses sin medicación, pero el virus regresó. La curación de este segundo paciente sería de vital importancia ya que el “Paciente de Berlín” dejaría de ser un caso aislado. “Nadie dudaba de la veracidad sobre el ‘Paciente de Berlín’, pero era un solo paciente.
¿Y cuál de las muchas cosas que se le hicieron contribuyó a la aparente curación? No estaba claro que se pudiese repetir”, dijo al The Washington Post el jefe de enfermedades infecciosas del Hostital Brigham and Women’s de Boston, Daniel Kuritzkes. Aunque es improbable que se establezcan los trasplantes de médula ósea como tratamiento contra el VIH por el riesgo que acarrean, sí podrían usarse células inmunes parecidas, según expertos. “Esto motivará a las personas que la cura no es un sueño. Es alcanzable”, dijo al The New York Times la doctora Annemarie Wensing, viróloga en el Centro Médico Universitario de Utrecht (Países Bajos).
En declaraciones al diario neoyorquino, el “Paciente de Londres” consideró “surrealista” y “abrumador” que un solo trasplante haya podido curarle el cáncer y el VIH. “Siento un sentido de responsabilidad para ayudar a los médicos a entender cómo sucedió para que puedan desarrollar la ciencia”, afirmó. “Nunca creí -agregó- que habría una cura durante mi vida”.
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