
Dos jóvenes fueron detenidos por exponer sus nalgas en la histórica muralla, violando las leyes locales sobre conducta pública.
Recientemente, dos turistas japoneses fueron deportados de China tras un incidente ocurrido en la Gran Muralla, en el que un hombre de 20 años mostró su trasero mientras su acompañante le tomaba fotos. El evento, que ocurrió en una de las secciones cercanas a Pekín, fue considerado una infracción a las normas de conducta pública en el país.
Las autoridades chinas arrestaron a los jóvenes y los mantuvieron detenidos durante dos semanas. El Ministerio de Relaciones Exteriores de Japón confirmó la detención y detalló que los turistas fueron liberados a principios de enero, regresando a Japón poco después. En su defensa, los implicados aseguraron que la acción fue simplemente una broma.
Este incidente pone de relieve las estrictas leyes chinas en cuanto a comportamientos públicos, especialmente en sitios históricos como la Gran Muralla, considerada patrimonio cultural. En China, exponer partes del cuerpo en espacios públicos puede ser considerado un acto de indecencia, lo que llevó a las autoridades a actuar rápidamente.
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Los medios nipones han destacado que los turistas no tenían intención de ofender a nadie y que su conducta no fue malintencionada. Sin embargo, las autoridades locales, como parte de su política de preservación del orden público, no dudaron en aplicar las sanciones correspondientes.
Finalmente, aunque el suceso se haya dado como una simple travesura, este incidente resalta la importancia de respetar las costumbres y regulaciones locales al viajar a otros países, especialmente en lugares con un alto valor cultural e histórico como la Gran Muralla China.