Peppa Pig ha logrado ganarse el corazón de los menores del mundo entero, pero también ha sido capaz de captar la atención de los guardianes de la moral chinos, que la tildaron de “símbolo subversivo”
La popular caricatura británica Peppa Pig se ha convertido en el improbable objetivo de la censura en China por el uso que hacen sus seguidores de su apariencia porcina en videos de rap y tatuajes de “gangsters”.
El alter ego subversivo del angelical personaje no solo la ha convertido en viral sino también en el objetivo de los empleados gubernamentales que controlan internet, y es que para disgusto de las autoridades comunistas, permanentemente obsesionadas por controlar con firmeza las redes sociales, el colorido personaje ha calado también en el imaginario de los adultos, una creciente popularidad que desde hace un año se ha manifestado de diversas maneras.
En Diluyan, una popular aplicación de video, no había contenido bajo la etiqueta #PeppaPig el miércoles. El lema “Hágase un tatuaje de Peppa Pig, aplauda a los gangsters“, tampoco aparecía en la plataforma de microblogs Weibo, que dijo que actuó “de acuerdo con regulaciones legales relevantes”.
Los reguladores han estrechado el control sobre los blog y aplicaciones chinas en los últimos meses. En junio, el presidente Xi Jinping introdujo una polémica ley de ciberseguridad dentro de sus esfuerzos para reforzar el control sobre lo que la población puede ver y decir en internet.
No estuvo claro si la censura a Peppa Pig en Douyin estuvo motivada por un mandato gubernamental. Bytedance, la empresa propietaria de la plataforma de videos, no respondió de inmediato a las peticiones de comentarios.
Según medios chinos, en Diluyan había al menos 30,000 clips bajo la etiqueta Peppa. Sí podían encontrarse variaciones del nombre como “PigPig” o “PeppaPeppa”.
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