La participación de los ciudadanos ha disminuido, pero las manifestaciones continúan a lo largo del país
Una protesta que surgió de las provincias remotas de Francia, es el primer gran obstáculo del gobierno reformista de Macron. Los “chalecos amarillos” protestan por sexto sábado consecutivo. Un movimiento sin líderes visibles, ni organización, más que la de los ciudadanos franceses que siguen inconformes y descontentos con la respuesta del Gobierno Franco. Los protestantes salieron de París, caminaron hacia el palacio de Versalles, tratando de dar el significado de la monarquía derrocada.
Según el gobierno, son menos de la mitad los manifestantes que salieron a las calles de las distintas ciudades francesas, en la última jornada dejaron más de 900 detenidos. A pesar de los anuncios del presidente francés, Emmanuel Macron, las manifestaciones continúan.
Las manifestaciones que surgieron en respuesta al alza de combustibles y a la difícil situación de los agricultores, los asistentes ondean banderas de protesta con lemas como ¡ya está bien de impuestos, precariedad y suicidios de agricultores!.
El movimiento de los “chalecos amarillos” es nombrado por razón de la prenda fluorescente que visten los motoristas y aunque la asistencia ha sido menor en cada jornada, puso contra las cuerdas al gobierno de Macron.
La fuerza pública se ha presentado en dichas manifestaciones, lo que ha dejado por lo menos nueve personas muertas, algunas ocasionadas por accidentes de tráfico relacionadas con los bloqueos causados por los “chalecos amarillos”, En la última jornada de protesta, un hombre murió en el sur de Francia cuando su carro chocó un camión detenido en uno de los bloqueos.
El gobierno de Macron ha propuesto un debate nacional sobre el tema de las reformas tributarias y Edouard Philippe, primer ministro, se reunió con algunos de sus voceros: “Gracias a los “chalecos amarillos” mujeres y hombres que compartieron conmigo sus experiencias, sus propuestas, sus críticas”.
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