Desde su planeación la Central de Laguna Verde ha generado controversia, sin embargo, se destaca como una de las mejores a nivel mundial
Fue el 14 de agosto de 1937 cuando en la Ciudad de Mérida, el entonces presidente Lázaro Cárdenas, decretó la ley con la que se creó la Comisión Federal de Electricidad (CFE), la cual consideraba necesario replantear su organización con la intención de “lograr mayor unidad de acción y mayor rapidez en la ejecución de sus planes y programas, sin privar a la misma de conocer la opinión de los diversos sectores interesados en la industria eléctrica”.
De acuerdo con esta ley, la CFE tenía la misión de organizar y dirigir un sistema nacional de Generación, transmisión y distribución de energía eléctrica, basados en principios técnicos y económicos, sin propósito de lucros y con la finalidad de obtener, con un costo mínimo, el mayor rendimiento posible en beneficio de los intereses generales”.
Todo ello fue planeado debido a la insuficiente electrificación tanto en la zona central de la república y los estados circunvecinos, como en las poblaciones más apartadas.
Desde entonces la CFE acompaña, en materia energética, el desarrollo de México, y actualmente es reconocida a nivel mundial como una de las más grandes empresas eléctricas.
La mayor productora de energía eléctrica en el país es la central nuclear de Laguna Verde ubicada en la localidad de Punta Limón del municipio de Alto Lucero de Gutiérrez Barrios, en el Estado de Veracruz de México.
Esta planta es la única central nuclear de México y cuenta con una capacidad de 1640 MW instalada en dos unidades generadoras de 820 MW eléctricos cada una. Está certificada por el organismo regulador nuclear de México, así como por la Comisión Nacional de Seguridad Nuclear y Salvaguardias.
Sin embargo, desde su planeación generó controversia, el movimiento antinuclear en México comenzó a principios de los años ochenta como protesta para evitar la construcción de un Centro de Ingeniería de Reactores (CIR) en la comunidad de Santa Fe de la Laguna en Michoacán, a orillas del lago de Pátzcuaro.
Diversas organizaciones, como el Comité de Defensa Ecológica de Michoacán e investigadores de instituciones educativas, como El Colegio de México y la Universidad Autónoma Metropolitana, se pronunciaron en contra de la construcción del CIR porque ponía en riesgo la integridad ecológica del río.
Frente a las protestas y la inconformidad, el gobernador de Michoacán, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano intervino y pidió la cancelación del proyecto. Tras la victoria, el movimiento antinuclear mexicano perdió importancia.1
Después del accidente de Chernóbil en abril de 1986, la construcción de la Central Nucleoeléctrica de Laguna Verde fue ampliamente criticada. Uno de los grupos más importantes de oposición a la planta posterior a 1986 fue el de Madres Veracruzanas, una organización antinuclear fundada ese mismo año por temor a que ocurriera un accidente en Laguna Verde.
Campesinos de Palma Sola (la comunidad más cercana a la central nuclear) organizaron un bloqueo en la carretera del Golfo en junio de 1988, que duró tres días antes de ser retirado por fuerzas federales.1
El 23 de noviembre de 1989, las Madres Veracruzanas se reunieron con el presidente Carlos Salinas de Gortari, que no estuvo de acuerdo en cerrar la planta y que expresó que era inviable convertir la nucleoeléctrica en una central de ciclo combinado. Al finalizar la reunión, el presidente prometió que se conformaría un equipo de expertos independientes que analizarían los riesgos de seguridad de la central, no obstante, quedó solo en promesa.1
Fue exactamente en 1990, cuando la central inició operaciones, el movimiento había perdido seguidores, sólo realizaron algunas breves protestas en Xalapa y después se difuminó.
Aunque está calificada como un de las mejores del mundo, los trabajadores de Laguna Verde han denunciado diversas irregularidades como su exposición a peligrosas dosis de radiación, la planta ha debido parar actividades por problemas técnicos, hay un manejo inadecuado de residuos y se enfrenta al riesgo de saturación de desechos, entre otros.
En el primer semestre de este 2019 Manuel Bartlett, titular de la CFE, se comprometió a llevar a cabo acciones en el corto, mediano y largo plazo; así como proveer vigilancia permanente para que Laguna Verde mejore sus indicadores, incremente la confiabilidad de sus equipos y la efectividad del mantenimiento y su ingeniería.
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