Francisco Javier Mina formó una guerrilla y luchó sin cesar contra los franceses en Navarra, Aragón y La Rioja, hasta caer prisionero en el asedio de Labiano
Francisco Javier Mina Larrea (Xavier Mina, según otras fuentes), fue un español que se unió al levantamiento de sus compatriotas contra la ocupación napoleónica, cuando estudiaba jurisprudencia en la Universidad de Zaragoza, España; y en la Independencia de México (del lado de los insurgentes y en contra de los realistas).
En 1811 cayó prisionero de los franceses y fue conducido a París, donde permaneció cautivo, pero continuó estudiando matemáticas y técnica militar.
Cuando regresó a España se le ofreció el mando del Ejército Español en la Nueva España, cargo que rehusó por sus ideas liberales, prefiriendo atacar el despotismo de Fernando VII. Esa actitud le valió ser desterrado de España y buscar refugio en Inglaterra.
Debido a que el soberano español desconoció la Constitución de 1812 y se convirtió en un monarca absolutista; Javier Mina, amante de la libertad, luchó para derrocarlo y devolver la Constitución a su pueblo.
Durante su estancia en Londres, Francisco Javier Mina compartió ideas con Fray Servando Teresa de Mier, quien fue desterrado de la Nueva España por un arzobispo a quién no le gustaban las ideas liberales del fraile dominico.
Como ambos luchaban contra el déspota Fernando VII, fue tarea fácil ponerse de acuerdo para organizar una expedición que fomentara la independencia de la Nueva España.
Con sus ideales, pronto organizaron un grupo de mercenarios integrado por españoles, italianos e ingleses que en mayo de 1816 fletaron una embarcación para surcar el Atlántico y desembarcar en Nueva Orleans.
Allí, contaron con las simpatías de las autoridades y de algunos aventureros norteamericanos que se unieron a su lucha, además de la ayuda de algunos comerciantes angloamericanos. El siguiente año, Mina se dirigió a las costas de Nueva España
El 22 de abril de 1817, Francisco Javier Mina desembarca en Soto la Marina Tamaulipas, plaza que fue tomada sin resistencia. Ahí afrontó algunas deserciones, designó autoridades, reclutó voluntarios, fortificó la plaza y la dejó al mando de su lugarteniente, el Mayor catalán José Sardá.
Con el grado de General de División Auxiliar de la República Mexicana, Mina inició su campaña el 24 de mayo de 1817 al frente de 300 soldados. Su primera acción fue apoderarse de 700 caballos del Ejército Realista en la Hacienda del Cojo, después cruzó el Río Tamesí y el 8 de junio, en Valle del Maíz derrotó a 400 realistas.
Algún tiempo después Javier Mina pasa a Bayona y desde allí embarca para Londres, Inglaterra, donde conoce a fray Servando Teresa de Mier, sacerdote mexicano, quién escribía sobre la guerra de Independencia de México, y planea formar una expedición para ayudar a los insurgentes de la Nueva España, invitando a Mina y a otros a dirigirse con él a México.
Algunos lores británicos liberales posibilitan la reunión de algo más de 20 oficiales españoles, italianos e ingleses, embarcándose el 15 de mayo de 1816 en Liverpool rumbo a los Estados Unidos. El 30 de junio llegan a Norfolk, Virginia, donde tuvo enormes dificultades para sacar adelante su empresa.
Finalmente pudo armar dos embarcaciones, dirigidas por norteamericanos, que mandó adelante, y zarpó el 27 de septiembre de Baltimore hacia Puerto Príncipe. De ahí partió con su escuadrilla el 23 de octubre, rumbo a la isla de Galveston, a donde arribó el 24 de noviembre de 1816.
El 15 de abril Javier Mina desembarcó en Soto la Marina, Tamaulipas, en la desembocadura del río Santander, población que toma al estar abandonada. El 25 del mismo mes imprime otra proclama, en una imprenta que llevaba consigo, en la que hizo saber los motivos de su intervención en Nueva España afirmando que no combatía la soberanía española en sus territorios de Ultramar, sino la tiranía del rey Fernando VII.
No obstante, se nombró general de la “División Auxiliar de la República Mexicana”, y el 24 de mayo empezó a avanzar hacia el interior del país para unirse a los insurgentes de Pedro Moreno en el Fuerte del Sombrero, al noreste de Guanajuato.
Finalmente, tras reunirse en el Fuerte el Sombrero, Guanajuato, con Moreno, urgido de apoderarse de una ciudad importante que reviviera la insurgencia, atacó Guanajuato la noche del 24 de octubre pero sus tropas fueron dispersadas por los realistas, huyendo al Rancho del Venadito, pero un cura de Silao los denunció y, el 27 de octubre, fueron detenidos.
Javier Mina fue encadenado, Moreno ejecutado inmediatamente. Hecho prisionero del coronel Orrantia, el 11 de noviembre de 1817 fue fusilado en Fuerte de los Remedios Pénjamo, Guanajuato,por la espalda, como se fusilaba a los traidores, sin reconocerle ninguna gradación.
Pese a su brevedad, la campaña encabezada por Javier Mina dejó un invaluable legado, ya que demostró que, cuando se lucha por la libertad, no importa el lugar de nacimiento ni la nacionalidad.
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