Sus logros fueron mucho antes de la era tecnológica, pero quedarán para la historia del deporte, además Carlos Girón es un extraordinario ser humano
Qué tal amigos de PacoZea.com es un placer saludarles y hablarles hoy de uno de los deportistas más connotados de México, quién lamentablemente brilló cuando no estaba la época de Internet y las redes sociales, se trata del gran Carlos Girón.
Nativo de Mexicali, Baja California, Carlos desde muy pequeño fue un niño de un alto grado de competitividad, contaba con mucha risa que nació de clavado, a su madre se le vino el parto en Mexicali, en una casa de monjas y es su mamá quien lo lleva a Acapulco, donde aprendió a nadar.
Y sobre todo con 10 años aprendió a lanzarse de la Quebrada y después se zambullía en el Malecón por unas monedas que le pedían a los turistas americanos.
También su madre en algún momento, por la situación económica, lo manda a la Ciudad de México con su papá y es ahí donde el destino toma rumbo.
Sus primos lo inscribieron en la Unidad Morelos del Seguro Social y conoce a Jorge Rueda, el gran campeón, el gran entrenador de campeones mexicanos, quién sería no sólo su entrenador, sino su mentor y su guía espiritual.
Girón nació para los clavados y ganó su primera competencia internacional antes de los 18 años, campeón Centroamericano.
Participaría en cinco Juegos Olímpicos, en México 68 sería reserva con tan sólo 14 años, seguiría la serie olímpica de Múnich, Montreal, y fue tan bueno que fue considerado el mejor clavadista entre 1978 y 1980.
Llegarían los Juegos Olímpicos de Moscú, Girón se había preparado como ningún otro, enfrentaría al favorito local Aleksandr Portnov, estaba también el italiano Giorgio Cagnotto y el estadounidense Greg Louganis, el ya había vencido a todos, hasta al monstruo italiano Klaus Dibiasi.
Al final, en el último clavado el soviético falla terriblemente, cae de espaldas, y la presea áurea era del mexicano, pero vino el robo del siglo, el entrenador y los delegados soviéticos alegan que de la alberca olímpica, al lado de la de clavados, había gritos que distrajeron a Portnov y de forma increíble dan la oportunidad de hacer nuevamente el clavado y esta vez lo hace impecable.
Hay tanto descontento, pero aún así Girón se lanza en un gran clavado, pero no logra superar al soviético. Carlos dice que todavía le guardaba un cierto rencorcito a Javier Ostos, que era el delegado mexicano, por no haber interpuesto una queja por ese terrible atraco, pero al final siempre descansó su alma, él ya lo había dejado pasar.
Siempre compitió con lealtad y honorabilidad,cosa que no hizo Aleksandr Portnov.
Carlos Girón siempre estuvo dispuesto a ayudar a sus semejantes, organizaba campañas de limpieza dental, él era dentista, donde él gestionaba todo, para no cobrar a las personas de bajos ingresos.
Fue un compañero extraordinario en los Juegos Olímpicos de Barcelona 92 donde transmitimos a 40 grados centígrados, con los uniformes de Televisa, esos oscuros, horribles y con corbata, entonces el llevaba una maleta con un short y una playera aparte y se cambiaba en la tribunas,ante mi nerviosismo, porque yo seguía la disciplina absoluta de la empresa,de que o te podías quitar ni la corbata.
Era un hombre que te llevaba de la mano con la narración, verdaderamente extraordinario, un hombre que está en el Salón de la Fama, al lado de Joaquín Capilla, el “Tibio” Muñoz, Javier Ostos, un hombre que fue el primer Premio Nacional del Deporte de nuestro país, un hombre que fue considerado el mejor clavadista tres años consecutivos, un mexicano muy orgulloso de serlo.
Que lástima que hoy estamos inmersos en el fútbol y que las redes sociales no lo hayan conocido,Carlos Girón, fue uno de los más grandes atletas de este país.
Amigos de PacoZea.com los saludo de corazón.
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