Las fotografías de la terrorista, participa activamente en la vida social berlinesa, fueron cotejadas y comparadas por la inteligencia artificial
Una terrorista alemana fue capturada luego de 30 años de búsqueda gracias a uso de la inteligencia artificial (IA) de reconocimiento facial. Daniela Klette, de 65 años, era investigada por robo a bancos y asesinatos.
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En Alemania, Daniela Klette perteneció a la organización de extrema izquierda conocida como Fracción del Ejército Rojo (RAF) en la década de 1990. Fue gracias a un periodista que utilizó una herramienta de reconocimiento facial potenciada por inteligencia artificial que en cuestión de minutos.
La terrorista participa activamente en la vida social berlinesa, por lo cual había numerosas fotos de ella circulando en internet, mismas que fueron cotejadas y comparadas por la inteligencia artificial con una vieja imagen suya.
La policía la capturó a finales de febrero pasado en el barrio berlinés de Kreuzberg.
La detención de la terrorista ha provocado una intensa discusión respecto a uso de IA de reconocimiento facial, pues estas violan las leyes europeas de protección de datos personales. A pesar de ellos, la policía alemana no se ha pronunciado al respecto, pero sí aseguraron que Klette sería juzgada de acuerdo con la ley.
Los integrantes de la RAF están acusados de estar involucrados en al menos 30 asesinatos y la policía cree que Klette estuvo involucrada en varios de ellos.
Además, se cree que, tras su salida del grupo radical, la mujer continúo robando y asesinando sin que esos crímenes estuvieran relacionados con sus posturas políticas.
Sus vecinos aseguraron que era una mujer encantadora.
Terroristas de la Fracción del Ejército Rojo
La Fracción del Ejército Rojo (RAF), también conocida como el Baader-Meinhof Group, fue un grupo terrorista de extrema izquierda en Alemania Occidental durante la década de 1970.
Fundado por Andreas Baader, Ulrike Meinhof y otros militantes radicales, la RAF llevó a cabo una campaña de violencia contra el Estado y la sociedad capitalista, con el objetivo de derrocar el sistema democrático y establecer un estado socialista. Sus ataques incluyeron asesinatos, secuestros y bombardeos, dejando un rastro de muerte y destrucción.
La RAF justificaba su violencia como una lucha contra la opresión y el imperialismo, pero su accionar extremista encontró amplio rechazo incluso entre aquellos que compartían algunas de sus críticas sociales y políticas. Después de años de persecución por parte de las autoridades alemanas, muchos de sus líderes fueron capturados o murieron en enfrentamientos armados, marcando el declive del grupo.
La RAF se disolvió formalmente en 1998, pero las autoridades de Alemania tenían indicios de que Klette siguió cometiendo robos a bancos y asesinatos. La terrorista había permanecido en paradero desconocido desde 1990.