Los implicados, quienes también tienen acusaciones en Chile por atentar contra políticos de ese país, se ocultaban en Francia.
Fueron detenidos en Francia dos presuntos secuestradores del excandidato presidencial panista Diego Fernández de Cevallos. Se trata de Ricardo Alfonso Palma Salamanca, alias “Esteban Manuel Solís Tamayo”, y su pareja sentimental Silvia Paulina Brzovic Pérez, alias “Natalia o Pilar Alejandra Quezada Moreno”.
Ambos sujetos son acusados en Chile por ser integrantes del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), organización que atentó contra políticos de ese país.
Los dos detenidos eran parte de la banda de secuestradores, que operaba en San Miguel de Allende, Guanajuato, liderada por Raúl “N”, apodado “El Comandante”, quién vivía bajo da identidad de Ramón Alberto Guerra, y que fue aprendido en la ciudad guanajuatense el 30 de mayo 2017.
Mientras que su pareja Isabel Mazarro, fue capturada el 26 de octubre en España, donde se encuentra presa, y es requerida por las autoridades de Guanajuato por el delito de secuestro, a ella ya se le abrió un proceso de extradición.
La banda de guerrilleros y secuestradores está relacionada con plagios de personajes de alto nivel, en especial empresarios acaudalados como el de Diego Fernández de Cevallos, ocurrido el 14 de mayo de 2010, además del secuestro de Mónica Jurado Maycotte, ex nuera del ex presidente de México, Vicente Fox.
Los dos detenidos en Francia, Ricardo Alfonso está acusado en Chile de asesinar a balazos al senador Jaime Guzmán cuando tenía 21 años, así como asesinar a los agentes de la dictadura chilena Roberto Fuentes Morrison, El Wally, Luis Fontaine Manríquez y Víctor Valenzuela Montesinos.
Por su parte, a Silvia Paulina se le acusa del secuestro de Cristián Edwards, hijo del dueño del diario chileno “El Mercurio”, el 9 de septiembre de 1991.
El grupo delictivo fue descubierto luego de cambiar de estrategia con su última víctima, una mujer estadounidense quien aparentemente requería tratamiento por una enfermedad, la cual era tratada con derivados de la mariguana.
Los captores, que siempre mantenían cuidados especiales con las víctimas, tuvieron que comprar la droga presionando más a la familia a pagar el rescate y poder pagar a narcotraficantes por el enervante.
Como no tuvieron una respuesta favorable, le cortaron un dedo a la señora, y lo enviaron a la familia a través de un taxista que delató a los plagiarios lo que llevó a la captura e identificación de los involucrados.
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