Esta señal indica que la galaxia que la emite es muy similar a la Vía Láctea, la observación de éstas dará nuevos elementos para el estudio del Universo
El origen de una segunda “Ráfaga Rápida de Radio” (FRB, por sus siglas en inglés), fue identificado por científicos del Observatorio de Radio Owens Valley, adscrito al Instituto de Tecnología de California, (Caltech), en Estados Unidos.
Esta nueva onda se le denominó FRB 190523 y su origen se estableció en una galaxia ubicada a 7.900 millones de años luz de la Tierra.
Así lo establecieron los astrónomos de Caltech, en colaboración con el Observatorio Keck de Hawái, cuyos resultados publicaron en la revista Nature.
“Encontrar la ubicación de una FRB en particular es un desafío, pues se requeriría un radiotelescopio que pueda descubrir estos eventos, extremadamente cortos, y localizarlos con el poder de resolución de una antena parabólica de una milla de ancho”, dijo Vikram Ravi, del Instituto de Tecnología de California.
Otro dato importante que arrojó la observación de esta onda es la similitud que tiene la galaxia emisora de FRB 190523 con la Vía Láctea, lo cual se contrapone con lo que anteriormente se creía: que galaxias como la nuestra no emitían este tipo de señales.
Los astrónomos señalan que identificar las galaxias de las que provienen estos estallidos de radio es un paso esencial para resolver el misterio acerca de lo que los desencadena.
Si bien han logrado identificar en qué lugar del Universo se producen, lo que aún se desconoce es qué objeto cósmico las origina. Su identificación incrementa el misterio sobre las FRB, que para algunos puede ser producida por una civilización avanzada.
Los científicos creen que son generadas por poderosos estallidos electromagnéticos fuera de nuestra galaxia, que duran muy poco y su brillo es tan intenso que puede ser detectado desde la Tierra.
La primera vez que se registró una FRB fue en 2007, al principio hubo mucho escepticismo, pues muchos investigadores creían que eran señales terrestres, mientras que otros creyeron que las emitían vidas extraterrestres.
En 12 años los telescopios de todo el mundo han podido captar 85 de estas ráfagas, cuyo brillo emite tanta energía como el Sol en 80 años.
La importancia de estas señales no solo radica en que pueden ser comunicaciones de civilizaciones extraterrestres, sino en que fueron emitidas mucho antes de la misma formación de nuestro Sistema Solar, lo cual podría brindar información sobre la formación del Universo.
Actualmente se cree que las FRB podrían ser producidas por la explosión de estrellas de neutrones extremadamente magnéticas y jóvenes, conocidas como magnetares.
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