El organismo AtmoOccitaine, que vigila la calidad del aire en las regiones más al sur de Francia, tiene activada para este miércoles una alerta nivel 5
Por segundo día consecutivo, una enorme tormenta de polvo que llegó a Europa desde el desierto del Sahara dificultó la respiración en grandes zonas de España y obligó a las cuadrillas municipales de Francia y Portugal a trabajar horas extra para retirar la capa de mugre de autos y edificios.
La nieve de los Pirineos se tintó ayer de un color marrón a causa de la nube de polvo llegada del Sáhara, que cubrió de ocre el cielo de ciudades como Lyon, Mâcon (este) o La Rochelle (oeste).
La gran masa de polvo, llamada calima en España, “ha degradado la calidad del aire en grandes partes de España, Portugal y Francia”, dijo el Servicio de Vigilancia Atmosférica Copérnico de la Unión Europea, que rastrea la nube.
Aunque la calima afectó sobre todo a España, el polvo llegó mucho más allá y dejó manchas color ocre en autos en París. Mezclado con lluvia, el polvo dejó una capa sobre los edificios en Lisboa.
El servicio meteorológico español dijo que las partículas podrían llegar hasta Holanda en el norte y Alemania en el noroeste.
El organismo AtmoOccitaine,que vigila la calidad del aire en las regiones más al sur de Francia, tiene activada para este miércoles una alerta nivel 5 (muy perjudicial) en la región Altos-Pirineos, y el nivel 3 (degradado) en las de Ariège y Pirineos Orientales, todas fronterizas con España.
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“El cielo permanecerá hoy (miércoles) cubierto en muchos lugares debido a la concentración de polvo del desierto en la atmósfera”, informó la agencia de meteorología francesa MétéoFrance. Además advirtió de que las temperaturas “podrían ser un poco más bajas de lo esperado” a causa de la ausencia de sol.
La zona de España en que la calidad del aire es “extremadamente mala” según el índice nacional se extendió desde el inicio del evento el martes hasta incluir las regiones sur y central, que incluyen Madrid y Sevilla, entre otras ciudades grandes.
Las autoridades recomendaron el uso de mascarillas y evitar los ejercicios al aire libre, sobre todo por personas que padecen males respiratorios.
El cielo sobre Madrid conservaba un color gris sucio y la visibilidad estaba reducida en una gran parte del país. Las cuadrillas municipales barrían la arena de las calles. Fotos curiosas del polvo aparecían en las redes sociales, como las imágenes de nueve teñida de rojo en unas montañas cerca de Madrid.
En París (norte), la calima no se hizo notar demasiado en comparación con ciertas zonas del sur, aunque algunos vehículos aparecieron durante el martes y el miércoles con una capa fina de polvo marrón en su superficie.
MétéoFrance espera que las consecuencias derivadas de la borrasca Celia se extiendan, al menos, hasta mañana jueves “con sedimentos secos o húmedos a esperar por todas las zonas” de Francia. En su avance hacia el norte, podría alcanzar Holanda e incluso el noroeste de Alemania.
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CAB