Si eres de las personas que sienten que despiertan más cansados que el día anterior aun cuando hayas dormido toda la noche, puede que estés “quemado”.
Las largas jornadas laborales, las horas perdidas en el tráfico y las interminables actividades en el hogar, han llevado a que más del 75% de las personas en México sufran el Síndrome Burnout, o quemado de acuerdo a la traducción exacta.
Cientos de personas diariamente colapsan en su intento de adaptarse a las demandas del entorno, el estrés laboral combinado con una mala atención de la salud física, emocional y cognitiva, y han provocado que principalmente trabajadores de la salud, medios de comunicación, amas de casa y empleados sin prestaciones sociales, sean las principales víctimas de este mal.
El Síndrome de Burnout consiste en un trastorno emocional provocado por el estrés laboral que puede desembocar en ansiedad e incluso depresión.
Investigadores de las universidades canadienses de Concordia y Montreal advierten que esta alteración psicológica no surge aisladamente en la oficina, sino que tiene consecuencias en el resto de la vida.
Si la tensión que se vive en el centro de trabajo se extiende al hogar por preocupaciones del tipo familiar como por ejemplo, un ambiente de convivencia tóxico, tener hijos o una pareja altamente demandantes, vivir bajo horarios imposibles, problemas económicos o de salud, el “achicharramiento” mental de una persona se incrementa.
En una encuesta realizada por la revista Social Psychiatry and Psychiatric Epidemiology, los científicos descubrieron que las personas con pareja estable y sin niños pequeños, altos ingresos y accesos a una red de apoyo social fuera del trabajo presentaban menos problemas mentales, que aquellos que lidiaban con la paternidad en soltería, inestabilidad laboral-económica y que además carecían de un espacio personal para salir con amigos o tener una salida una vez a la semana.
El también conocido como síndrome de desgaste profesional, es la respuesta que el organismo da al prolongado estrés de factores emocionales e interpersonales, caracterizándose por fatiga crónica, ineficacia, negación de la problemática presente, falta de concentración, aburrimiento continuo, desgano, apatía, problemas de sueño, falta o exceso de apetito, así como dificultades para recordar nuevas tareas.
La mayoría de los “quemados” tienen a enrutinarse rápidamente, realizando las tareas diarias de forma autónoma y molestándose ante los menores cambios e imprevistos, lo que los hace padecer de mal humor.
Esta afectación ataca a cualquier persona que desempeña metódicamente una actividad sin experiencia de recompensa alguna, de ahí que quienes cumplen largas jornadas laborales, incluyendo las amas de casa, sin que les sean reconocidos sus esfuerzos, tienen a “quemarse” más rápidamente que quienes son motivados mediante una palabra de aliento, una salida con los amigos, la compra de un producto personal o el respeto por sus tiempos familiares.
Si quieres saber si tú estás “quemado”, analiza las siguientes definiciones:
- Trabajo porque tengo que hacerlo, no hay de otra, sólo de esa forma se consigue dinero.
- Lo mejor que puede pasarme es que mi jefe no me pida cosas que no estaban planeadas, no tengo ganas de demostrarle que puedo hacer más de lo que me pide.
- Me gustaría salir a comer solo, sin escuchar el parloteo de mis compañeros de trabajo.
- Llegar a casa y encontrar los platos lavados me parece el mejor de los sueños hecho realidad.
- Quisiera dormir temprano, pero esa media hora revisando redes sociales me hace sentir en contacto con la humanidad.
- A veces sólo quisiera aislarme del mundo y que nadie me moleste cuando estoy en casa.
Si concuerdas con tres o más definiciones te hacen falta estímulos a tu alrededor que te permitan vencer ese cansancio emocional que tienes.
Para combatir el “achicharramiento” mental prueba estas cinco sencillas acciones que pueden ayudar a darte un descanso emocional y renovar tu visión diaria.
- Ve caricaturas. Las series animadas en comparación con un programa para adultos, no contienen cargas emocionales complejas ni tramas lógicas, de ahí que la simpleza, el humor y la abstracción en la resolución de problemas te permiten reconectar tu propia creatividad e imaginación.
- Pregúntate cómo. Cuando alguien te solicite algo en la casa o en el trabajo, en lugar de pensar “no quiero o no puedo”, pregúntate cómo puedo resolverlo. Este pequeño cambio te pone en un mucho mejor lugar mental para resolver problemas y a seguir adelante, sin importar qué tan estancado te sientas.
- Divide tus metas grandes en pequeños objetivos. A veces el burnout surge cuando la meta a la que queremos llegar es demasiado grande. En lugar de dejar que esto te estrese, tómate el tiempo para fragmentar tus grandes planes en objetivos más manejables.
- Celebra estas pequeñas victorias cuando las termines. Date un pequeño premio, como una visita al cine o una cerveza con los amigos, y verás que acabarás tu gran meta antes de lo que creías.
- Redefine el éxito. Muchas ideas para combatir el burnout buscan ayudarte a lograr a hacer más y más cosas, pero también puedes tratar otra perspectiva. ¿Qué tal si redefines el éxito? ¿Qué tal si empiezas a ver el proceso de completar el trabajo como algo tan disfrutable como llegar a la meta?
Tal vez te des cuenta de que ya tienes lo que quieres y que es momento de bajar un poco el ritmo de trabajo para disfrutar los frutos de tu esfuerzo, sin el desgaste que conlleva.
Contenido relacionado