El 20 de enero, Donald Trump asumirá la presidencia de Estados Unidos y, con ello, ha dado a conocer una serie de medidas económicas que han causado preocupación en Canadá.
Una de las propuestas más controvertidas es la intención de aplicar aranceles del 25% a los productos canadienses, lo que ha provocado una serie de fuertes reacciones en el país vecino.
El ministro de Industria de Canadá, François-Philippe Champagne, adoptó una postura firme frente a las amenazas de Trump y dejó claro que Ottawa hará saber a Washington que “no debería confundir la frontera mexicana con la canadiense”.
En su declaración, Champagne enfatizó que Canadá está colaborando estrechamente con Estados Unidos para proteger sus fronteras y defender los intereses de los trabajadores y la industria canadienses.
La respuesta del ministro subrayó la importancia de mantener relaciones comerciales justas y equilibradas entre ambos países, sin recurrir a comparaciones injustas con México.
Con un tono más firme, Doug Ford, el jefe de Gobierno de Ontario, calificó de “insulto” que Estados Unidos mezcle a Canadá con México en este tipo de negociaciones.
Compararnos con México es lo más insultante que nunca he escuchado por parte de nuestros amigos (estadounidenses)”, declaró Ford en una rueda de prensa reciente.
Ontario, la provincia más industrializada de Canadá, ha sido liderada por Ford en su oposición a los aranceles impuestos por Trump.
La semana pasada, Ford propuso la expulsión de México del T-MEC (Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá) ante la llegada de Trump a la Casa Blanca, y advirtió que los aranceles del 25% a los productos canadienses podrían llevar a la economía a una recesión.
En sus declaraciones, comparó la medida con “recibir un puñetazo de un familiar en la cara”, una metáfora impactante que refleja la indignación de los líderes canadienses ante lo que consideran una acción injustificada.
El jefe de Gobierno de Ontario también tocó otros temas delicados, como la migración irregular desde Estados Unidos.
En este contexto, subrayó la importancia de que ambos países trabajen juntos para abordar estos problemas de seguridad.
Ford comparó las cifras de inmigración irregular entre Canadá y México, destacando que mientras 2.3 millones de migrantes indocumentados cruzan la frontera sur de Estados Unidos hacia México, solo 197,000 lo hacen hacia Canadá, lo que, según él, pone de manifiesto la injusticia de la situación.
Por su parte, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, también se pronunció sobre la situación, destacando que había tenido una conversación “productiva y constructiva” con Trump acerca de los aranceles y la seguridad fronteriza.
Trudeau aseguró que ambos líderes discutieron los lazos comerciales y la cooperación en temas de seguridad, y acordaron mantener un diálogo abierto para resolver cualquier conflicto futuro.
El anuncio de los aranceles ha generado gran preocupación entre los gobiernos provinciales canadienses. En Quebec, el primer ministro François Legault calificó la medida de Trump como un “enorme riesgo” para la economía canadiense, ya que aproximadamente el 75% de las exportaciones de Canadá se destinan a Estados Unidos.
En la misma línea, David Eby, primer ministro de Columbia Británica, destacó que Ottawa debe responder con firmeza ante la amenaza de Trump.