La muerte de Udofia llamó la atención sobre el peligro del encuentro entre personas con una crisis de salud mental y agentes policiales
La Policía de Phoenix, Arizona, difundió imágenes de las cámaras corporales de un grupo de oficiales, en las que se ve el momento en que estos matan a tiros a Ekom Udofia, exjugador de la NFL.
Las autoridades detallaron que en la madrugada del pasado 30 de noviembre respondieron a un informe de que un hombre, supuestamente armado y bajo efecto de drogas, estaba tratando de saltar sobre unos automóviles.
Según muestra el video, los agentes al llegar vieron que el sospechoso tenía una pistola de aire comprimido. Udofia, de 33 años, caminó hacia los policías, ignorando sus órdenes de soltar el arma.
“Por favor, no me obligue a dispararle. Suelte el arma”, le repitieron varias veces. Cuando el hombre estaba a pocos metros de los oficiales, le dispararon “en un intento de detener la amenaza”, sostuvo la Policía.
Aún después de ser baleado, el exjugador de fútbol americano continuó sosteniendo la pistola, por lo que los agentes, según afirman, usaron una munición menos letal para que que la soltara. Como no lo hizo, le dispararon por segunda vez y, además, utilizaron perdigones de pimienta y un perro para someterlo.
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Tras el incidente, Udofia fue trasladado a un hospital local, donde murió a causa de las heridas. Por su parte, la Policía informó que ninguno de los cuatro oficiales involucrados resultó herido y aseguró que continúan las investigaciones del tiroteo.
Ya anteriormente, el exatleta había sido arrestado varias veces. Según los registros judiciales, sufría de trastornos mentales, factor que contribuyó a su actividad delictiva, informan medios locales.
La muerte de Udofia llamó la atención sobre cómo las personas que sufren una crisis de salud mental pueden terminar en peligrosos encuentros con agentes policiales.
“Nuestra comunidad médica, nuestra sociedad en general, necesita dar un paso adelante para hacer un mejor trabajo y proporcionar ayuda a las personas que tienen problemas mentales”, dijo Andy Anderson, subjefe retirado de la Policía de Phoenix.
Además, explicó que a menudo no es sino hasta después de los hechos que los agentes se enteran de si un individuo tiene un historial de de trastornos siquiátricos. “Cuando alguien tiene un arma en la mano, es demasiado tarde para involucrar a un trabajador social”, agregó.
IPR
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