Apoyándose de la construcción social de “son problemas de pareja, no se meta”, cientos de mujeres son violentadas diariamente. ¿Cómo defenderlas?
La creciente ola de intentos de secuestros a mujeres en medio de sitios públicos como transporte, plazas comerciales, parques y universidades, ha provocado que las féminas alcen la voz y pidan la protección y apoyo de la ciudadanía, al no recibirlo efectivamente de las autoridades.
Y es que los delincuentes, apoyándose de la construcción social “son problemas de pareja, no se meta”, han desarrollado nuevas formas de neutralizar a las personas que rodean a una mujer y que bien podrían brindarle auxilio.
Bajo el modus operandi “Cálmate, mi amor”, los perpetradores de un secuestro o agresión física y/o verbal hacia una mujer, fingen conocer y tener una relación con su víctima, justificando el uso de palabras altisonantes o jaloneos hacia la misma.
Imagínate la escena: Una mujer sola a la que de pronto se le acerca un hombre para sujetarla fuertemente del brazo y murmurarle palabras de intimidación y amenaza; la mujer intenta jalarse, gritar y llamar la atención para huir del peligro mientras el hombre expresa en voz alta “¡Otro berrinche! ¡Cálmate, mi amor!, ¡Vamos a casa, no hagas dramas!”.
Pese a que la víctima se resiste y pide auxilio, quienes la rodean no intervienen pues piensan que se trata de una pelea de pareja, y dado que la ciudadanía ha estigmatizado a las mujeres como “melodramáticas apasionadas”, creen en la palabra-acciones del hombre que está tratando de evitar una escena íntima frente a la sociedad.
La pasividad de quienes son testigos de este tipo de hechos revela no sólo un problema de indiferencia humana ante una situación de peligro, sino una mentalidad tradicionalista de creer en todo lo que un hombre, por el simple hecho de ser varón, diga sobre una mujer.
Por eso, si tú eres testigo de una acción de violencia de este tipo y no tienes la certeza de cómo auxiliar a una mujer, te proporcionamos una serie de recomendaciones con las que quizá, estés evitando delitos adicionales como secuestro, trata de personas y feminicidios.
Si crees ser testigo de un secuestro del tipo “Cálmate, mi amor”, no dudes y haz lo siguiente:
- Acércate a la víctima y pregúntale si conoce al hombre. Si ella responde que no y que la tiene amenazada, dirígete al sujeto y cuestiónale sobre datos personales de su supuesta pareja (nombre de ella, a dónde se dirigía y su fecha de nacimiento), este tipo de datos pueden ser corroborados rápida y fácilmente ante cualquier autoridad.
- Graba con tu celular. Hacer un video del atacante servirá para tener evidencias del sujeto y poder alertar a otras mujeres y así no se vean sorprendidas por el mismo hombre o la misma modalidad.
- Dale la mano. Si ves que la víctima intenta alejarse físicamente del sometedor, toma de la mano a la afectada y trata de dialogar sin soltarla.
- Siempre cree en la veracidad de la víctima. A menos que la mujer te diga directamente que todo está en orden y que te retires, insiste en protegerla y procura llamar la atención para recibir el apoyo de alguien más.
¿Y si yo soy la víctima?
- Grita. Actualmente las expresiones “Auxilio” y “Socorro” lejos de provocar una reacción empática y cercana, producen en la gente miedo y alejamiento pues indican peligro para ellos mismos. Por eso se recomienda que digas “Una bomba, está temblando, fuego”, ya que eso provocará que todos te volteen a ver, generando confusión y una valiosa oportunidad para zafarte del agresor.
- Denuncia en voz alta que es un ladrón. Señalar al criminal como un ratero genera alerta entre la gente, por lo que esta intentará proteger a la víctima.
- Abrazar a una persona. Nada enfatiza más que necesitas ayuda que aferrarte a una persona que esté a un lado. Ésta persona se verá obligada a ayudarte, ya sea alzando la voz o buscando quién pueda socorrerlo a él/ella también.
La sociedad es un conglomerado de personas que juntos pueden mucho, y si nos unimos para proteger a las personas más vulnerables, el cambio estará hecho.
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