Kavanaugh aseguró que pretende presentarse en la audiencia del Senado el lunes próximo, a pesar de que los abogados de la mujer que lo acusa de agresión sexual informaran de que ella no acudirá a dicha cita
Brett Kavanaugh, candidato a la Corte Suprema de Estados Unidos, aseguró este jueves que pretende presentarse en la audiencia del Senado prevista para el lunes próximo, a pesar de que los abogados de la mujer que lo acusa de agresión sexual informaran de que ella no acudirá a esa cita, están dispuestos a testificar los días posteriores si se negocian los términos en los que se dé dicha declaración.
Kavanaugh envió una carta al senador republicano Chuck Grassley, que preside el Comité Judicial, en la que afirma que quiere asistir a la audiencia del lunes para limpiar su nombre. “Gracias por la invitación a comparecer ante el Comité Senatorial del Poder Judicial el lunes 24 de septiembre. Estaré allí. Espero con interés la oportunidad de testificar ante el Comité”, escribió.
Kavanaugh explicó que durante una llamada telefónica privada con el personal del Comité Judicial el lunes de esta semana solicitó una audiencia tan pronto como al día siguiente. “Continúo queriendo una audiencia lo más pronto posible, para poder limpiar mi nombre”, aseguró el nominado al alto tribunal.
La Casa Blanca dio a conocer la carta horas después de que un abogado de Christine Blasey Ford, la acusadora de Kavanaugh, dijera que esta no declararía en la audiencia programada para el lunes próximo pero abrió la puerta a que pueda testificar en los días posteriores.
“Ella desea testificar, siempre que podamos acordar términos que sean justos y que garanticen su seguridad”, escribió la abogada de Ford, Debra Katz, al Comité Judicial, después de haber denunciado que su cliente ha sufrido amenazas de muerte.
Katz aseguró que la aparición de su cliente el lunes “no es posible” y argumentó que “la insistencia del comité de que ocurra es arbitraria en cualquier caso”.
Los republicanos habían invitado a la audiencia a ambos para testificar ante el Senado sobre el presunto caso de acoso sexual denunciado por Ford.
Kavanaugh ha negado repetidamente las acusaciones desde que Ford las lanzara públicamente el domingo pasado en declaraciones al diario The Washington Post.
Ford aseguró al diario que, durante una fiesta en la escuela secundaria a principios de la década de 1980, Kavanaugh la inmovilizó en una cama, trató de quitarle la ropa y le tapó la boca cuando intentó zafarse de él.
“Está deseando testificar, una vez acordados los términos que sean justos y que garanticen su seguridad. Una audiencia el lunes no es posible y la insistencia del comité para que se produzca ese día es arbitraria de cualquiera de las formas”, aseguró Debra Katz, la abogada de la víctima, en un correo citado por medios locales.
El escrito fue remitido al Comité Judicial de la Cámara Alta, el ente encargado de interrogar a Kavanaugh y de dilucidar las dudas que puedan surgir sobre su candidatura.
”Como saben, ha recibido amenazas de muerte que han sido enviadas al FBI y ella y su familia se han visto forzadas a abandonar su casa”, continuó Katz. Abogó por discutir las condiciones en las que estaría preparada para testificar esa misma semana y recordó que preferirían que el Buró Federal de Investigaciones (FBI) investigara antes el caso.
El comité, con mayoría republicana, fijó el próximo lunes como la fecha en la que Ford debía acudir para comparecer en público y contar los abusos supuestamente cometidos por Kavanaugh.
Tanto la presunta víctima como la oposición demócrata, que ha buscado retrasar el proceso de confirmación desde el comienzo, reclamaron que se llevara a cabo una investigación del FBI antes de cualquier audiencia sobre el tema en el comité, lo que han rechazado los conservadores.
En este contexto, los republicanos incluso apremiaron a Ford a registrar su testimonio por escrito este viernes si es que quería acudir el lunes 24 de septiembre y este jueves algunas voces conservadoras del comité sugirieron que, si la víctima no iba, se procediera directamente a votar sobre la recomendación del juez.
El propio Trump, que ha insistido en que quiere escuchar a la presunta víctima, se pronunció ayer sobre la convocatoria: “Si aparece será maravilloso y, si no, será una pena”.
Los hechos en cuestión habrían tenido lugar hace 36 años, cuando ambos eran adolescentes, en una fiesta en la que Kavanaugh presuntamente trató de sobrepasarse con Ford y silenciar sus protestas.
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