Tras la renuncia de los ministros de Salud y Finanzas, una docena de otros funcionarios dejaron sus cargos acusando una falta de “integridad”
Las renuncias continúan este miércoles en el Gobierno de Reino Unido, con varias salidas que amplían aún más la presión sobre el primer ministro, Boris Johnson.
El martes por la noche, los ministros de Salud, Sajid Javid, y de Finanzas, Rishi Sunak, anunciaron casi al mismo tiempo sus respectivas renuncias, a raíz de los incesantes escándalos que rodean a Johnson y su ejecutivo.
Les siguieron una docena de otros miembros del gobierno, de menor rango, en una sangría que continuó el miércoles con cuatro nuevas dimisiones.
El secretario de Estado para la Infancia y la Familia, Will Quince, afirmó “no tener otra opción” tras haber transmitido en los medios informaciones proporcionadas por la oficina de Johnson “que resultaron ser inexactas”.
La asistente del secretario de Estado de transportes, Laura Trott, consideró que la confianza en el gobierno se ha “perdido”.
El secretario de Estado de Educación, Robin Walker, lamentó que los “grandes logros” del gobierno hayan sido “ensombrecidos por errores y cuestiones de integridad”.
Y el secretario de Estado de finanzas, John Glen, alegó una “total falta de confianza” en Johnson al dimitir.
La gota que derramó el vaso de la más reciente crisis, fue el reconocimiento de que estaba enterado de las acusaciones de acoso sexual contra el exdiputado conservador, Chris Pincher, a quien nombró en febrero como responsable de disciplina del partido.
Downing Street inicialmente sostuvo que Johnson no conocía las acusaciones de acoso sexual contra Pincher, pero luego reconoció que sabía de los comportamientos del diputado y lamentó su nombramiento.
Johnson aseguró a la prensa que debería haber despedido a Pincher cuando se enteró de su comportamiento. “Creo que fue un error y me disculpo por ello. En retrospectiva, fue lo incorrecto”, dijo.
Las renuncias del martes de los ministros de Finanzas, Rishi Sunak, y de Sanidad, Sajid Javid, por la pérdida de la confianza en el primer ministro, suponen el golpe político más duro hasta la fecha contra Johnson, que hace un mes ya sorteó a duras penas una moción de censura impulsada por sus propios compañeros.
A Sunak y Javid se sumaron en las últimas horas otros altos cargos del Ejecutivo que también cuestionan al primer ministro y este miércoles hicieron pública su salida. Se trata del secretario de Estado de Infancia y Familia, Will Quince, y la asistente parlamentaria en el Ministerio de Transportes, Laura Trott.
Quince pasó de ser una de las caras visibles del Ejecutivo a la hora de defender ante los medios la versión oficial sobre el caso Pincher, a recriminar públicamente a Johnson sus mentiras, de las que no habría sido consciente hasta el martes.
En este sentido, explicó en declaraciones a Sky News que Downing Street llegó a garantizarle de forma “categórica” que el primer ministro no estaba al tanto de las acusaciones de acoso contra el dirigente parlamentario, a pesar de que la oficina de Johnson terminó por reconocer lo contrario.
Quince sí ha reconocido que Johnson se disculpó con él por las informaciones “imprecisas” que había recibido, pero sostuvo que no le queda más salida que hacerse a un lado y abandonar el gabinete.
Trott se expresó en términos similares, defendiendo que “la confianza en política es de vital importancia” y “en los últimos meses se ha perdido”, en alusión a la cascada de escándalos que persiguen al actual Ejecutivo y que incluyen, entre otros, las multas por las celebraciones de fiestas en plena pandemia de Covid-19.
También podría interesarte: Renuncian dos ministros del gabinete de Boris Johnson
El primer ministro británico dijo este miércoles en el Parlamento que su intención es “seguir” al frente del Ejecutivo.
Johnson compareció hoy en la sesión de control en la Cámara de los Comunes, en la que tanto los partidos de la oposición como algunos diputados conservadores le exigieron la renuncia a raíz de la serie de escándalos que han salpicado su mandato.
“El trabajo de un primer ministro en tiempos difíciles, en circunstancias en las que se le ha dado un mandato colosal (por las elecciones generales de 2019), es seguir adelante y eso es lo que voy a hacer”, afirmó el jefe del Gobierno.
“Cuando los momentos son duros y el país afronta presiones económicas, con la mayor guerra en Europa en 80 años en Ucrania, es el momento en que uno espera que un gobierno continúe con su trabajo y no se marche”, puntualizó el primer ministro.
Johnson afronta hoy múltiples dimisiones en su Gobierno, en su mayoría de secretarios de Estado, después del último escándalo en torno al diputado Chris Picher.
El primer ministro reconoció ayer, tras haberlo negado en un principio, que sí sabía que Pincher, exresponsable de la disciplina del grupo parlamentario conservador, había sido investigado en el pasado por comportamientos inapropiados hacia hombres.
En relación a Pincher, el líder de la oposición laborista, Keir Starmer, señaló que el primer ministro ha tolerado un “comportamiento horrible, inaceptable en cualquier aspecto de vida”.
“¿No es este el primer caso registrado de barcos que se hunden huyendo de la rata?”, se preguntó Starmer en referencia a las continuas dimisiones en el Ejecutivo.
En medio de las presiones para que renuncie, el líder conservador dijo que su Gobierno está centrado en ayudar a las familias en todo el país a superar la crisis por el alza de la inflación y avanzó que se dispone a recortar impuestos para 30 millones de ciudadanos.
El líder conservador superó recientemente una moción de censura interna de su partido, pero la votación evidenció el descontento del 41% de los parlamentarios “tories” con su gestión y con la serie de escándalos, como las fiestas en Downing Street durante la pandemia.
Contenido relacionado:
Boris Johnson inicia nueva visita sorpresa a Ucrania
CAB