El pasado mes de mayo fue presentada la colección Mexicaba, del diseñador francés Christian Louboutin, cuyos bolsos fueron bordados por mayas y pagados en aproximadamente 230 pesos por tejido. Según se ha dado a conocer, cada bolso se comercializa en casi 28 mil pesos.
Las piezas fueron inspiradas en diversos motivos de la naturaleza como aves, flores y piedras preciosas, cada una de ellas es única por ser bordada a mano.
Si bien la empresa de Louboutin fue la encargada de proveer todo el material para la elaboración de los diseños que se hicieron en Maxcanú, Yucatán, se trata de una clara forma de explotación laboral que ha indignado a quienes han conocido el caso.
Para lograr el vínculo entre el diseñador y las tejedoras fue necesaria la intervención de la Fundación Haciendas del Mundo Maya, en la página de la fundación se lee:
“Somos una organización sin fines de lucro que trabaja con comunidades mayas de la Península de Yucatán. Implementamos proyectos de desarrollo económico y social enmarcados en nuestro Programa de Desarrollo Integral Comunitario. Promovemos la difusión, promoción y rescate de la riqueza natural y cultural maya, estableciendo la base para la generación de polos de desarrollo micro regional, impulsando estrategias para fortalecer las capacidades y habilidades de los habitantes de estas comunidades”.
Dicha organización refirió que el 10 por ciento de cada producto que se vendiera en las tiendas del diseñador francés sería destinado para programas sociales de empresas. Asimismo, informó que un porcentaje se otorga a los artesanos que participaron en la elaboración de cada tejido, que puede ir hasta el 70 por ciento de la ganancia.
El punto a resaltar es que si bien es cierto que indigna el pago que cada artesana recibió luego de tres meses de trabajo, ellas han señalado que están contentas y agradecidas porque lograron hacerse de 7 mil pesos aproximadamente cada una, cantidad que nunca habían visto junta. ¿No nos indigna más esto? Pensemos que nosotros -quienes compramos sus productos- somos parte también de la explotación al regatear por sus trabajos, ¿lo habían pensado?