Morales perdió en 2016 un referendo que él mismo impulsó, para saber si el pueblo deseaba que se postulara nuevamente
Este jueves, en las principales ciudades de Bolivia se realizaron algunas marchas y plantones en contra del fallo del Tribunal Supremo Electoral que validó la postulación del presidente Evo Morales a un cuarto mandato.
El paro con bloqueos y protestas callejeras se realizó en ocho de las nueve ciudades capitales de los departamentos del país.
Los huelguistas se oponen a que Morales sea candidato y piden que se respete el referendo de febrero de 2016 en el que por una ligera mayoría los ciudadanos rechazaron una reforma constitucional promovida por el gobierno para habilitarlo para las elecciones de noviembre de 2019.
Los activistas bloquearon las calles con banderas bolivianas y pancartas con la leyenda “Bolivia dijo No”, en referencia al referendo, y al grito de “Mi voto se respeta”.
El paro se hizo sentir con mayor fuerza en la ciudad de Santa Cruz, la más poblada del país, y la más crítica al gobernante boliviano. La Paz se vio paralizada con marchas cerca del nuevo palacio de gobierno y bloqueos en las calles.
En tanto, las ciudades de Cochabamba, Potosí, Oruro, Beni, Tarija y Chuquisaca también acataron la medida de fuerza aunque el comercio y la banca continuaban con sus labores habituales.
Fernando Cuéllar, uno de los convocantes de la protesta, dijo que el paro es contundente y que las medidas de presión recién comienzan.
Para el gobierno el paro no tuvo mucha incidencia aunque reconoció que en Santa Cruz hubo “dos tercios de la gente movilizada”, dijo el ministro de Gobierno, Carlos Romero, en conferencia de prensa.
Morales inició su gobierno en 2006 y tres años después aprobó una nueva constitución que abrió las puertas a la reelección consecutiva por única vez, la que obtuvo en 2010 con el 64 por ciento de los votos.
Impulsado por otro fallo controversial de la justicia volvió a postularse por tercera ocasión y repitió su triunfo en 2014.
El tribunal también habilitó otras candidaturas, como la de los opositores Carlos Mesa, Oscar Ortiz, Jaime Paz Zamora y Víctor Hugo Cárdenas, aunque solo sobre la de Morales pesaba una objeción de inconstitucionalidad presentada por la oposición.
Los principales líderes de la oposición expresaron de manera coincidente su preocupación sobre los derroteros de la democracia boliviana, sobre todo, porque Morales perdió en 2016 un referendo, que él mismo impulsó, para pedir el parecer del pueblo para postularse nuevamente.
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