El último ballenato de orca que nació bajo el programa de reproducción en cautiverio de Sea World murió en el parque de la compañía en San Antonio.
La empresa con sede en Orlando informó que Kyara, de tres meses de edad, falleció el lunes. El comunicado de Sea World informó que los veterinarios atendían el fin de semana al ballenato por una infección, pero que la salud de Kyara continuó empeorando.
Según el comunicado, un equipo de veterinarios realizará una examinación post mortem para determinar las causas del deceso, y el proceso podría demorar varias semanas.
En marzo de 2016 Sea World anunció el fin de su programa de reproducción luego de años de presión por parte de grupos defensores de los derechos de los animales. Kyara nació de su madre, Takara, de 26 años, en abril pasado, pero fue concebida antes de que se anunciara el fin del programa. La gestación de la orca puede durar hasta 18 meses.
Sea World aún cuenta con 22 orcas en sus parques de Estados Unidos y la más joven es Amaya, que nació en diciembre de 2014.
Por otro lado, el actor estadounidense James Cromwell, la estrella del filme infantil “Babe” (1995), fue detenido este lunes en el parque temático SeaWorld de San Diego (Estados Unidos) cuando participaba en una protesta de la organización animalista PETA que irrumpió en un espectáculo protagonizado por orcas.
Un vídeo alojado en el perfil de Facebook de PETA mostró a Cromwell y a un grupo de seis activistas llevando carteles y camisetas con los lemas “SeaWorld apesta” y “SeaWorld mata”.
El actor lanzó consignas al público usando un megáfono mientras la función de las orcas continuaba a su espalda.
Un hombre del público, que le había lanzado un líquido en primer lugar, golpeó el megáfono de Cromwell poco antes de que miembros de seguridad del parque aparecieran en el lugar para llevarse al actor.
Posteriormente, los otros seis activistas fueron esposados y desalojados del recinto.
PETA divulgó un comunicado de prensa en el que explicó que la acción tenía por objetivo informar a los ciudadanos sobre “el historial de muertes prematuras de orcas” en SeaWorld.
“Las orcas merecen una vida completa en el océano, no una cadena perpetua de nadar en círculos sin fin hasta que caigan muertas por una enfermedad”, señaló Cromwell en la nota.
SeaWorld anunció hace un año que pondría fin a su programa de espectáculos tras la perdida de visitantes que sucedió al estreno del documental “Blackfish” (2013), dedicado a una orca (Tilikum) que ha causado la muerte de tres personas, entre ellas dos entrenadores.
Con el fin de los espectáculos, la empresa estadounidense también anunció que las orcas permanecerán en las instalaciones de SeaWorld en Orlando (Florida), San Antonio (Texas) y San Diego (California), donde protagonizarán “nuevos e inspiradores encuentros” con los visitantes.