Esta vez un grupo de ballenas sorprendieron en las costas argentinas, al nadar libremente sin la presencia de humanos.
Una decena de ballenas danzaban junto a sus crías frente a las costas de la Patagonia argentina esta semana. Aunque no había mucha gente que pudo disfrutar del espectáculo.
La temporada de avistaje de ballenas comenzó hace un par de semanas, pero este año sin los barcos abarrotados de turistas a causa de la estricta cuarentena impuesta por la pandemia de coronavirus.
Como ha sucedido en otras atracciones naturales alrededor del mundo, la ausencia de humanos alentó una mayor presencia de fauna silvestre y mejoró la preservación del medio ambiente.
Sin embargo, tiene un alto costo para quienes viven del turismo, como sucede en el pequeño poblado de Puerto Pirámides de la Península de Valdés, provincia de Chubut, a unos mil 300 kilómetros al sur de Buenos Aires.
Puerto Pirámides tiene 200 habitantes y es el punto de salida de los tours para acercarse a las ballenas y otras atracciones de la Península de Valdés, sobre el Atlántico Sur.
Si bien en la zona no hay casos de coronavirus, está completamente aislada ya que no se permite el ingreso de foráneos. Los locales de turismo están cerrados y las embarcaciones amarradas o en tierra.
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AFG