La alta comisionada para los Derechos Humanos de la ONU asegura que el Gobierno de Venezuela se niega a reconocer la crisis de derechos humanos que vive el país
La alta comisionada para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, denunció torturas, asesinatos y una aguda crisis social en Venezuela.
La Organización de Estados Americanos (OEA) mostró por primera vez públicamente las imágenes de un centro de tortura clandestino.
Según Bachelet, a pesar de este panorama desolador para mas de 3 millones de venezolanos, las autoridades de este país se niegan a reconocer la aguda crisis por la que pasan, al mismo tiempo las sanciones impuestas por Estados Unidos pueden agravar aún más la situación económica.
Sobre la represión que se vive en Venezuela, Bachelet señaló que las fuerzas de seguridad, respaldadas por los colectivos armados, grupos paramilitares afines al Gobierno, han reprimido a la disidencia pacífica con uso excesivo de la fuerza, muertes y torturas documentadas por su oficina.
Paralelamente, la expresidenta de Chile citó denuncias que acusan a la Fuerza de Acciones Especiales de la Policía Nacional (FAES) de ejecutar a 37 personas este enero en Caracas.
“Los asesinatos siguen un patrón similar y se producen durante allanamientos ilegales a las casas realizados por la FAES, posteriormente informan de la muerte como resultado de un enfrentamiento armado, aunque testigos mencionan que las víctimas estaban desarmadas”, reprobó Bachelet, explicando que estos métodos, aplicados por esta fuerza policial, habría matado a 205 personas en 2018.
Sobre el trabajo de los periodistas, tras semanas de detenciones y persecuciones, Bachelet dijo que las autoridades venezolanas procesaron a los comunicadores, así como a líderes de oposición y críticos de forma injusta.
En Washington se presentó un vídeo donde se ven los calabozos en los que se encuentran encerrados varios militares. En uno de ellos, el capitán Caguaripano se niega a comer porque está orinando sangre y en otro se ve en el suelo al coronel Mejías Laya, que pasó 30 días con los ojos vendados y las manos atadas a la espalda. Los vídeos fueron grabados entre diciembre del 2018 y febrero de este año.
Especialistas involucrados en el caso señalan que decenas de presos son torturados frecuentemente con descargas eléctricas, asfixias con bolsas de plástico, golpes e inyecciones de sustancias desconocidas.
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