Ayotzinapa, de origenes campesinos dentro de un estado cada vez más caliente
Probablemente antes de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, este lugar ubicado en el estado de Guerrero, era desconocido para muchos, sin embargo, los lamentables acontecimientos del 26 de septiembre del 2014, puso a Ayotzinapa en el mapa.
Ayotzinapa es una localidad que se encuentra a unos 5 km al sur de la ciudad de Tixtla de Guerrero, sede de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, que se instaló en 1931 cuando los profesores Rodolfo A. Bonilla y Raúl Isidro Burgos solicitaron los terrenos para establecer en ellos la Escuela Normal.
Esos terrenos eran administrados por el Ayuntamiento de Tixtla de Guerrero, luego de que durante años, campesinos a quienes se habían entregado, fueran los únicos dueños de esas tierras, repartidas en 1818.
La normal de Ayotzinapa forma parte del sistema de escuelas normales rurales, parte del plan de masificación educativa implementado por el estado mexicano a partir de la década de 1920, cuando Moisés Sáenz (1888-1941) era secretario de Educación Pública.
Instaurada en una aldea de Guerrero con una población muy pequeña, la escuela normal rural Isidro Burgos, ha sido al igual que otras escuelas rurales normales, semillero de movimientos sociales.
Guerrero es un estado que tiene el mayor porcentaje de producción de amapola a nivel nacional, lo que ha creado durante años, un contexto propicio para la lucha entre los grupos criminales, por mantener las plazas.
Para 2013, las fosas clandestinas encontradas en el estado, incrementaban los índices de violencia e incertidumbre entre los habitantes, además los índices de confianza en la policía municipal, se desplomaban según encuestas de confianza realizadas en ese año.
La Escuela Normal de Ayotzinapa ya había tenido un conflicto anterior en diciembre de 2011, los estudiantes de la escuela bloquearon la Autopista del Sol a la altura del Parador del Marqués. Al lugar se presentaron las Policías Federal y Estatal para realizar un desalojo.
Los manifestantes, incendiaron las bombas de gasolina de una estación cercana. Un empleado de la estación sufrió serias quemaduras al recibir el impacto de una explosión al cerrar las válvulas de seguridad, el empleado moriría a consecuencia de sus heridas días después.
El enfrentamiento con la policía federal y estatal causó también la muerte de Jorge Alexis Herrera Pino y Gabriel Echeverría de Jesús. Esto generó nuevas movilizaciones estudiantiles en Chilpancingo y la Ciudad de México, apoyadas por organizaciones no gubernamentales de defensa de los derechos humanos, que solicitaron un juicio político a Ángel Aguirre Rivero, gobernador del estado de extracción perredista.
El procurador del estado presentó su renuncia al cargo días después de los hechos y señaló que la escena del asesinato de los jóvenes estudiantes fue modificada por descuido. Aguirre Rivero ofreció además 50 puestos de base para egresados de Ayotzinapa en las escuelas primarias del estado.
Para 2014 tanto Guerrero como el país, era azotado por una ola de violencia y gobernado por un presidente que venía con la instauración del “Nuevo PRI” y la mala reputación que le dejaron los hechos violentos en Atenco, cuando Peña Nieto era gobernador del Estado de México.
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