Los dos sacerdotes asesinados habían pasado gran parte de su vida sirviendo a los pueblos indígenas de la Sierra Tarahumara.
Integrantes del grupo Iglesias por la Paz y familiares de personas desaparecidas se reunieron este martes en la Estela de Luz de la Ciudad de México para marchar hacia la Glorieta del Ahuehuete, en una jornada llamada “Peregrinación por la vida, por la paz y contra la violencia”.
Desde las 10:00 horas, los manifestantes se congregaron en la Estela de Luz con el objetivo de marchar hacia la Glorieta del Ahuehuete, que familiares de víctimas renombraron como “Glorieta de las y los desaparecidos”.
La convocatoria fue realizada por Iglesias por la Paz, tras el asesinato de dos sacerdotes jesuitas, ocurrido en un templo de Cerocahui, en la sierra Tarahumara, en Chihuahua, el pasado 20 de junio.
La marcha también se realizó en otras entidades como Chiapas. En la convocatoria, Iglesias por la Paz pidieron a las personas participar en la manifestación desde su comunidad, y en redes sociales, con vigilia, ayuno, oración y otras expresiones a favor de la paz.
Ayer, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) pidió a las parroquias de todo el país que este domingo coloquen en sus iglesias fotografías de religiosas y sacerdotes asesinados.
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También solicitó que durante todo el mes de julio se celebren misas por todos los asesinados por bandas criminales como parte de la “Jornada de oración por la paz”.
En un comunicado, el CEM convocó a los fieles a rezar el 31 de julio por la conversión o la redención de los asesinos de los dos sacerdotes jesuitas. “No más violencia en nuestro país”, manifestaron.
Autoridades informaron el pasado 22 de junio que localizaron los restos de los dos sacerdotes jesuitas y un guía de turistas asesinados dentro de un templo en Chihuahua. Los cuerpos de los sacerdotes jesuitas Javier Campos Morales y Joaquín Mora Salazar fueron enterrados el lunes 27 de junio en el atrio del templo San Francisco Javier en la comunidad de Cerocahui, Chihuahua.
El incidente, condenado por el Papa Francisco, ocurrió después de que el guía buscara refugio en una iglesia de la pequeña comunidad Cerocahui, para protegerse de un ataque tras un altercado con un presunto narcotraficante de la región. Luego del crimen sus cadáveres fueron sustraídos del sitio.
La fiscalía estatal identificó a José Portillo “El Chueco”, involucrado además en el tráfico de drogas en la zona, como sospechoso de los asesinatos por lo que ofreció una recompensa de 5 millones de pesos a quien proporcione información que lleve a su captura.
Cerocahui se encuentra en la Sierra Tarahumara, y es hogar del pueblo rarámuri que por años se ha visto afectado por la violencia.
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CAB