Ernesto Romero, jefe de área de la Unidad de Planeación e Innovación en Salud del IMSS, explicó que el incremento de casos se debe a la reactivación de la economía y, por lo tanto, al aumentó de la movilidad.
En 40 por ciento se elevó la solicitud de atención de pacientes con covid-19 de entre cero y 29 años en los Módulos de Atención Respiratoria del Seguro Social (MARSS) en la Zona Metropolitana del Valle de México, informó Ernesto Romero, jefe de área de la Unidad de Planeación e Innovación en Salud del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
En la segunda ola de contagios de covid-19, recordó, la solicitud de atención en los MARSS no era mayor al 5 por ciento, actualmente, a partir de la semana pasada se ha detectado un incremento acelerado por diversas razones, entre estas, el predominio de la variante Delta en la Ciudad de México y Estado de México que es más contagiosa y transmisible.
De igual manera, explicó en entrevista, se debe a la reactivación de la económica y, por lo tanto, al aumentó de la movilidad, así como al hecho de que familias completas han bajado la guardia sobre las medidas eficaces para reducir contagios, entre éstas, distanciamiento social, uso de cubrebocas, lavado de manos, evitar aglomeraciones y contar con espacios ventilados.
El especialista detalló que el incremento de 40 por ciento en la solicitud de atención se divide de la siguiente manera: tres por ciento de menores de 0 a 9 años; seis por ciento de 10 a 19 años y 31 por ciento de 20 a 29 años de edad que ya trabajan, estudian y salen más de casa por razones de diversión.
En un MARSS, por ejemplo, se otorgan en dos turnos hasta 48 consultas diarias y, a partir de la semana pasada comenzaron a observar ese incremento global del 40 por ciento en la solicitud de atención entre niños, adolescentes y jóvenes en la Zona Metropolitana.
En una unidad, de acuerdo con cálculos, de las 48 consultas otorgadas en un solo módulo, 28.8 son de menores y jóvenes. De manera desglosada, uno tendrá de 0 a 9 años; tres pacientes de 10 a 19 (niños y jóvenes) y casi 20 personas de 20 a 29 años (jóvenes adultos).
En la actualidad están operando mil 53 de estos módulos localizados en igual número de Unidades de Medicina Familiar (UMF) y se está haciendo todo un proceso de expansión de equipos para contar con más personal de enfermería, encargado de las muestras rápidas antígenas o de PCR con hisopado nasal y faríngeo.
Romero explicó que, afortunadamente, hasta el momento a nivel nacional sólo se ha detectado 1.5 por ciento de hospitalizaciones en estos sectores de edad, prácticamente de adolescentes y jóvenes.
Un aspecto importante es que en los MARSS se otorga la atención dependiendo del tipo de paciente.
Si se trata de un menor de edad o adolescente con su sistema inmunológico comprometido, ya sea por padecer cáncer, tener diabetes tipo 1 juvenil (hereditaria), inclusive insuficiencia renal, entonces, aclaró, se mantiene bajo observación al menos durante un periodo de 24 a 48 horas.
En algunas ocasiones se les otorga oxígeno suplementario en caso de detectarse baja saturación. Afortunadamente, aclaró, la estancia hospitalaria de este tipo de pacientes es corta, de uno a dos días, para continuar con el monitoreo preventivo, es decir, la vigilancia virtual o telefónica por parte de médicos durante diez días o los que se requieran.
En todos los casos se hace una evaluación de riesgos con una calculadora diseñada por el IMSS. Un factor importante a considerar, por ejemplo, es el sobrepeso o la obesidad que eleva las probabilidades de que el paciente se agrave aun cuando no tenga alguna inmunosupresión.
Se valora el riesgo, considerando estos antecedentes, para determinar también si se quedan bajo observación médica o se maneja a distancia.
Entre los aspectos que han llamado la atención en los síntomas que menores, adolescentes y jóvenes presentan son vómito, diarrea, dolor estomacal y, por supuesto, también algunos presentan dolor de cabeza, de cuerpo, tos y escurrimiento nasal, cansancio.
“Lamentablemente los menores, adolescente y jóvenes están llegando a solicitar atención hasta 5 días después, perdiendo la opción de tener una atención oportuna, sin complicaciones de adquirir una infección bacteriana, por ejemplo, y desarrollar posibles secuelas”, explicó.
Por lo regular, este sector poblacional responde bien, una vez que ha sido evaluado para hacerse la prueba, en caso de salir positiva, se le entrega además de la la atención, un kit con medicamentos, a veces incluye un oxímetro en caso de baja saturación, con indicaciones de uso y monitoreo médico a distancia.
Para el especialista resulta esencial que los jóvenes se atiendan de inmediato al tener alguno de estos síntomas y no demorar la intervención médica.
También convocó a los niños y jóvenes a tener una corresponsabilidad con su salud de los demás. Si no es necesario salir, manténganse seguros en casa; en caso de salir, seguir todas las medidas de higiene que sean efectivas.
De igual manera hizo un llamado a las empresas para que no saturen estos módulos por el simple hecho de qué un trabajador salió positivo y mandan a todos a hacerse la prueba. Hasta el momento no habido desabasto de pruebas ni de medicamentos, pero lo que se quiere evitar es que acudan a lugares donde sí pueden contraer el virus.
En el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), comentó, no hay espacios particulares o especiales para niños o menores. Se está procurando otorgarles en esos periodos de corta estancia la mejor atención, cuidado y protección.
De manera paralela, el IMSS se está preparando para fortalecer los centros de rehabilitación en caso de que alguno de estos jóvenes presenten alguna lesión pulmonar.
“Existe una Clínica Digital IMSS que es una aplicación telefónica que ayuda a reducir los tiempos, ya que indica, por ejemplo, el MARSS más cercano con todo y mapa de orientación; permite sacar citas; ponerse en contacto con un especialista en caso de dudas sobre si hacerse o no la prueba, por ejemplo, sin tener síntomas y haber estado con alguien positivo”, aseveró.
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