El ataque con explosivos tuvo lugar por la mañana en la estación central de Quetta, la capital de esta zona limítrofe con Afganistán e Irán.
Al menos 26 personas, incluidos 14 soldados, murieron este sábado en un atentado perpetrado por un grupo separatista en una estación de tren en la conflictiva provincia de Baluchistán, en el suroeste de Pakistán, según informaron las autoridades. El ataque con explosivos ocurrió por la mañana en la estación central de Quetta, la capital de esta región fronteriza con Afganistán e Irán, en un andén donde había numerosos pasajeros esperando.
La prensa informó sobre charcos de sangre en la estación, donde una techumbre metálica, instalada para resguardar a los pasajeros de las inclemencias del tiempo, quedó completamente destrozada debido a la explosión.
Mohamed Umer, uno de los heridos, relató que se encontraba esperando tomar un tren para regresar a su hogar, en su pueblo, cuando ocurrió el atentado. “Al llegar, se produjo la explosión, y me encontré herido y hospitalizado”, dijo a AFP. El ataque fue reivindicado por el Ejército de Liberación de Baluchistán (BLA), uno de los principales grupos separatistas baluchis.
En un comunicado, el BLA afirmó haber atacado “una unidad del ejército paquistaní que regresaba a [la región de] Punjab, pasando por la estación, después de entrenarse en la escuela de infantería”. La policía está investigando el caso y no descarta la posibilidad de que se trate de un atentado suicida.
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El primer ministro, Shehbaz Sharif, aseguró que los responsables del ataque “pagarán un alto precio”.
Baluchistán es la provincia más grande de Pakistán, pero también la más empobrecida, a pesar de contar con importantes recursos gasísticos y mineros que los separatistas de la región reclaman como propios. Muchos de los proyectos de extracción están financiados y explotados por países extranjeros, especialmente China.
Las facciones separatistas armadas atacan regularmente estos proyectos, acusando a las empresas de acaparar las riquezas naturales sin compartirlas con la población local. El BLA reivindica de manera habitual ataques mortales contra las fuerzas de seguridad y paquistaníes de otras provincias. A finales de agosto, asumió la responsabilidad de varios ataques coordinados con decenas de asaltantes que dejaron al menos 39 muertos, uno de los peores balances en la región.