La atención óptima del paciente con artritis reumatoide requiere idealmente iniciarse en las primeras 12 semanas tras el inicio de síntomas
El tratamiento óptimo de la Artritis Reumatoide (AR) requiere un diagnóstico que permita el inicio de la terapia temprana, idealmente en las primeras 12 semanas tras la aparición de los síntomas, indicó el doctor Antonio Barrera Cruz, Jefe de Área de Guías de Práctica Clínica, de la Coordinación Técnica de Excelencia Clínica, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
El médico internista y reumatólogo añadió que la atención integral de las personas con artritis reumatoide (AR) requiere de la participación de un equipo de salud multidisciplinario que incluya el apoyo del médico familiar, médico internista, cirujanos ortopedistas, fisioterapeutas, personal de enfermería, trabajo social, entre otros.
“El papel del médico familiar es fundamental para iniciar el abordaje terapéutico, ya que cuanto antes se comience, mayor será la probabilidad de controlar el proceso inflamatorio y de reducir el daño estructural, es decir, actuar en el “periodo de ventana terapéutica o de oportunidad”, indicó.
El principal objetivo del tratamiento es lograr y mantener la remisión de la enfermedad
El doctor Barrera Cruz añadió que aun cuando el padecimiento no tiene cura, la atención integral permitirá mejorar el dolor y la inflamación de las articulaciones, retrasar la progresión de la enfermedad, mantener la remisión o un bajo nivel de actividad clínica y mejorar la calidad de vida del paciente.
Un aspecto a destacar, indicó, es que en la elección del tratamiento, los reumatólogos consideran la eficacia, la seguridad, la efectividad, así como la comorbilidad asociada, el riesgo cardiovascular, la identificación de factores de mal pronóstico, la respuesta a tratamientos previos y desde luego la opinión y preferencia del paciente.
Detalló que es fundamental que el médico familiar, solicite al menos una radiografía simple comparativa de manos en proyección postero anterior y oblicua, diagnóstica.
Recordó que la artritis reumatoide (AR) es una enfermedad autoinmune sistémica, de carácter inflamatorio y crónico que presenta predilección por las articulaciones, afectando la membrana sinovial y con posterioridad a cartílago, ligamentos, cápsula y hueso.
Detalló que los cambios inflamatorios sistémicos pueden provocar una afectación de otros órganos como el corazón, pulmón, riñón, piel y ojos e incluso del sistema hematopoyético o de la esfera neuropsiquiátrica.
En cuanto a los principales síntomas de la enfermedad, dijo que son dolor (artralgia), inflamación de las articulaciones (artritis), rigidez matutina, hipersensibilidad y disminución del movimiento articular. Otros síntomas asociados, incluyen: fatiga, pérdida de apetito, malestar general, limitación funcional, depresión, sequedad en los ojos y la boca e incluso otras manifestaciones extra articulares.
El especialista del IMSS dijo que la AR comienza con mayor frecuencia entre los 30 y 50 años, aunque puede manifestarse a cualquier edad. Afecta tanto a hombres como a mujeres, sin embargo, 3 de cada 4 derechohabientes con artritis reumatoide, son del sexo femenino, lo que representa alrededor del 75% de los pacientes.
Aclaró que el diagnóstico es clínico, a través de un interrogatorio dirigido y exploración física completa y es útil solicitar estudios de laboratorio, entre ellos reactantes de fase aguda y anticuerpos, así como radiografías e incluso otros estudios de imagen como ultrasonido y resonancia magnética, en casos específicos.
Respecto al tratamiento, dijo que se dispone de intervenciones para mejorar los síntomas y los que modifican la enfermedad, que incluyen: analgésicos, antiinflamatorios no esteroideos, glucocorticoides, fármacos modificadores de la enfermedad (FARME), entre ellos, los agentes biológicos.
El doctor Barrera Cruz, dijo que las artropatías constituyen un importante problema de salud en la población mundial, de acuerdo con el Estudio Mundial de Carga Global de Enfermedad 2016, representan casi un 6 por ciento del total de la Carga Global de Enfermedad, con más de 140 millones de Años de Vida ajustados por Discapacidad y mala salud (AVAD).
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