Se reclutó a estadounidenses para que hicieran el trabajo como periodistas y para que compraran anuncios políticos en Facebook
Facebook eliminó hace un par de días una pequeña red de cuentas y páginas vinculadas a la Agencia de Investigación de Internet de Rusia, una “fábrica de troles” que ha utilizado cuentas de redes sociales para sembrar la discordia política en Estados Unidos desde las elecciones presidenciales de 2016.
La empresa explicó que los responsables de las cuentas reclutaron a periodistas independientes “desprevenidos” para que publicaran en inglés y en árabe, orientados principalmente a un sector de la población de tendencia izquierdista.
Facebook dijo el martes que la actividad de la red se centró en Estados Unidos, Reino Unido, Argelia y Egipto y otros países de habla inglesa y países de Oriente Medio y el norte de África.
La compañía dijo que comenzó a investigar la red basándose en información del FBI sobre sus actividades fuera de Facebook. La red estaba en las primeras etapas de desarrollo, agregó Facebook, y “casi no participó” en Facebook antes de que fuera desbaratada.
Aun así, su presencia indica los actuales esfuerzos rusos por intervenir en las elecciones estadounidenses y sembrar la discordia política en un país ya muy dividido.
Pero, para evadir su detección, las personas detrás de la red reclutaron a estadounidenses para que hicieran el trabajo, probablemente sin saberlo, como periodistas y como personas autorizadas para comprar anuncios políticos en Estados Unidos.
Facebook dijo que se publicaron textos sobre eventos globales que incluyeron la justicia racial en Estados Unidos y Reino Unido, la OTAN, las teorías conspirativas de QAnon, el Presidente Donald Trump y la campaña presidencial de Joe Biden.
La red gastó alrededor de 480 dólares en publicidad en Facebook, principalmente en dólares estadounidenses, una señal de que pudo evadir al menos brevemente los sistemas diseñados para evitar que entidades extranjeras puedan comprar anuncios políticos en Estados Unidos.
La red social todavía arrastra el escándalo que la involucró con la consultora británica Cambridge Analytica que estalló a nivel mundial en 2018, tras revelarse accedieron ilegalmente a los datos de unos 87 millones de usuarios de Facebook en el mundo, teniendo entre sus clientes a la campaña presidencial de Donald Trump en 2016.
IPR
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