La prisión fue construida en la década de los 80´s por el padre de Bashar y se convirtió con el tiempo en un símbolo del control despiadado del Estado sirio
La prisión de Saidnaya, al norte de Damasco, es tristemente conocida por sus condiciones inhumanas y su papel en la represión violenta ejercida por el clan Asad, especialmente desde que comenzó la guerra civil en 2011.
Este centro penitenciario, donde se han llevado a cabo numerosas ejecuciones extrajudiciales, torturas y desapariciones forzadas, simboliza las atrocidades cometidas por el presidente Bashar al Asad contra sus opositores.
El domingo, tras entrar en Damasco, los rebeldes sirios anunciaron que tomaron el control de la prisión de Saidnaya y liberaron detenidos, algunos encarcelados desde los años 1980.
Según la Asociación de Detenidos y Desaparecidos de la Prisión de Saidnaya (ADMSP), más de 4 mil presos fueron liberados por los rebeldes.
Las imágenes de prisioneros demacrados y desorientados, algunos cargados por compañeros debido a su debilidad extrema, han dado la vuelta al mundo, revelando las terribles condiciones de este centro penitenciario que Amnistía Internacional calificó de “matadero humano”.
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Tortura y crematorio
La prisión fue construida en los años 80 durante el mandato de Hafez al Asad, padre de Bashar.
Originalmente destinada a albergar prisioneros políticos, principalmente opositores al gobierno, incluidos miembros de grupos islamistas y activistas kurdos, se convirtió con el tiempo en un símbolo del control despiadado del Estado sirio sobre sus ciudadanos.
En 2016, investigadores de la ONU declararon que “el gobierno es responsable de actos que constituyen exterminio y son equivalentes a un crimen de lesa humanidad”, incluyendo los cometidos en Saidnaya.
En 2017, Amnistía Internacional documentó miles de ejecuciones en la prisión, y se refirió a una “política de exterminio”.
Poco después, Estados Unidos señaló la existencia de un “crematorio” utilizado para destruir los restos de miles de presos ejecutados.
En 2022, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) informó que aproximadamente 30 mil personas habían sido detenidas en Saidnaya, muchas sometidas a torturas extremas. Solo 6.000 de ellas habían sido liberadas.
Ejecuciones y morgues improvisadas
La ADMSP estima que más de 30 mil presos fueron ejecutados o murieron en Saidnaya entre 2011 y 2018 debido a torturas, falta de atención médica o hambre.
La asociación acusa a las autoridades de crear morgues improvisadas para conservar con sal los cadáveres en ausencia de cámaras frigoríficas.
La mayoría de los detenidos restantes son oficialmente considerados desaparecidos. Las familias rara vez reciben certificados de defunción, a menos que paguen sobornos exorbitantes en un esquema generalizado de extorsión.
En 2022 la ADMSP publicó un informe que describe por primera vez las “cámaras de sal” creadas en Saidnaya.
Según el informe, la primera cámara de sal se estableció en 2013, uno de los años más sangrientos del conflicto sirio.
Extranjeros detenidos
La prisión de Saidnaya, a la que acudieron el domingo miles de familiares de desaparecidos con la esperanza de encontrar a sus seres queridos en calabozos subterráneos, está ahora vacía.
Numerosos extranjeros estuvieron detenidos en las prisiones sirias, como el jordano Usama Beshir Hasan al Bataynah, repatriado el martes tras pasar 38 años en cárceles sirias. Fue hallado en Siria “inconsciente y amnésico”, según Amán.
Según la Organización Árabe de Derechos Humanos en Jordania (OADHJ), “el número de jordanos detenidos en las prisiones sirias asciende a 236, la mayoría en Saidnaya, cerca de Damasco”.
Un libanés, Suheil Hamawi, de 61 años, regresó el lunes a su país tras pasar 33 años en estas cárceles, incluida Saidnaya.