Miles de ciudadanos han expresado también su consternación por el asesinato de Alex Quiñónez, un carismático atleta que representaba el anhelo de victoria.
Una mezcla de dolor y malestar invadió este sábado a los ecuatorianos tras conocer detalles del asesinato del atleta Alex Quiñónez, acribillado anoche por desconocidos que le dispararon junto a un amigo, cerca de su domicilio en la ciudad costera de Guayaquil.
Considerado como uno de los atletas más rápidos del mundo y un séptimo lugar en los Juegos Olímpicos de Londres 2016, en la prueba de 200 metros planos, el asesinato de Quiñónez ha traspasado los límites de la tolerancia ciudadana, mientras las autoridades libran una batalla para frenar la violencia desatada en el país.
“Sentimos mucho la dolorosa pérdida de Alex Quiñónez, padre, hijo, un gran velocista que marcó el deporte. Nuestras más sinceras condolencias a sus seres queridos. Que en paz descanse. Quienes arrebatan la vida de los ecuatorianos no quedarán impunes. Actuaremos con contundencia”, escribió en su cuenta de Twitter el presidente ecuatoriano, Guillermo Lasso.
El jefe del Estado insistió, en declaraciones a periodistas, que “quienes arrebatan la vida de los ecuatorianos no quedarán impunes”.
El asesinato de Quiñónez se produjo en medio de un estado de excepción decretado recientemente por Lasso para combatir la inseguridad que se ha desatado en el país, con labores conjuntas entre la Policía y las Fuerzas Armadas.
“Luto en la familia azulgrana por la muerte del atleta del Barça Álex Quiñonez“, publicó en su cuenta de Twitter el FC Barcelona, al que perteneció el atleta en los últimos años.
“Jamás te olvidaremos querido Alex, descansa en paz”, publicó en su página oficial “Panam Sports” la Organización Deportiva Panamericana (Odepa).
Miles de ciudadanos han expresado también su consternación por el asesinato de Quiñónez, un carismático atleta que representaba el anhelo de victoria de su pueblo.
Una fotografía suya abrazando la bandera tricolor ecuatoriana durante una de sus competencias o la de la lejana cercanía con Usaín Bolt en la carrera en Londres, han inundado las redes sociales con mensajes de indignación, dolor y pedido de justicia.
Quiñónez, de 32 años, obtuvo un boleto para participar en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, pero fue suspendido un año por la Athletics Integrity Unit (AIU) tras determinar que cometió tres faltas en la actualización de geolocalización para controles antidopaje.
La suspensión afectó en forma anímica al atleta quien, con lágrimas en los ojos, desde la concentración desde Tokio, pidió disculpas a sus compatriotas por no poderlos representar en la competencia, donde quería alcanzar alguna medalla.
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EDFM