La cápsula reventó por la presión interna a os 15 segundos de iniciada la prueba, dentro quedaron los cuerpos calcinados de los astronautas
Dicen que detrás de un gran éxito existen al menos mil fracasos, y la historia de la aeronáutica espacial es un claro ejemplo de ello, pues para lograr conquistar tierras lunares existieron muchas tragedias a nivel tecnológico y humano. Tal es el caso del famoso Apolo I.
Era un 27 de enero de 1967, cuando tres astronautas que se preparaban para una prueba rutinaria y terminaron en una trampa mortal que en 15 segundos les arrebató la vida.
La misión Apolo I se perfilaba a ser la joya de la corona en medio de la Guerra Fría que Estados Unidos y el bloque occidental mantenían contra la Unión Soviética.
En la frenética búsqueda por lograr el primer viaje tripulado por humanos y aterrizar en la Luna, el objetivo la primera misión espacial era realizar una prueba orbital en la órbita baja terrestre del módulo de mando y servicio del proyecto Apolo.
El comandante piloto Virgil I. “Gus” Grissom, el piloto del módulo de comando Edward H. White II y el piloto Roger B. Chaffee, eran los encargados de llevar a la gloria y a la historia aquella misión, no obstante perecieron en el accidente ocurrido en las instalaciones de Cabo Cañaveral.
Aquella mañana los tres astronautas realizaban una prueba de desconexión de los sistemas de la cápsula espacial. Era uno de los pasos previos al lanzamiento estelar, programado para el 21 de febrero de ese año.
El procedimiento se trataba de una simulación en la que la cápsula montada sobre el cohete Saturno IB, soltaría las conexiones principales para comprobar que el sistema interno se hiciera cargo de las tareas.
Aunque iba sin combustible, la cápsula estaba tripulada y equipada en su totalidad. Los astronautas ya estaban al interior de la cápsula, elevada aproximadamente a 54 metros. En el exterior, técnicos tomaban mediciones y se preparaban para dar inicio a la prueba.
En la cabina había apenas espacio para los astronautas. En un espacio de 10 metros cuadrados se encontraban los tres tripulantes, en bancos con la espalda en el suelo y los pies en alto. Grissom, el comandante, iba al centro.
La cabina estaba sellada con tres capas, lo que más tarde probaría ser una sentencia de muerte.
A las 18:30 dio inicio la cuenta regresiva de un minuto. De pronto, se registró una escalada en la tensión de la alimentación eléctrica de la cápsula. Segundos después, en el micrófono se escuchaba a los astronautas gritar de manera entrecortada “¡Fuego!” y “Salir de aquí”.
Quince segundos después de que dio inicio la emergencia, la cápsula reventó por la presión interna. Dentro quedaron los cuerpos calcinados de los astronautas, se habían quemado a tal grado que el nailon de sus trajes se fundió y tomó 90 minutos sacarlos de su lugar.
Las posturas de los cuerpos indicaban que White había seguido el procedimiento y se había levantado para intentar abrir la escotilla. Grissom se había soltado de sus cinturones y estaba en el suelo de la nave.
Aunque la escena era espantosa, la autopsia posterior de los cuerpos reveló que los tres hombres habían tenido una muerte casi instantánea. Cuando sus trajes ardieron y los expusieron al monóxido de carbono, fallecieron al inhalarlo.
Virgil Ivan Grissom y Edward H. White II eran veteranos en los viajes espaciales, pero Roger B. Chafee era un novato. En su honor, se han realizado diversos homenajes, como nombrar tres cráteres en la luna como tributo y colocar una insignia de la misión fallida en la superficie lunar.
Inmediatamente después del incendio, la NASA convocó una Junta de Revisión del Accidente para determinar las causas del incendio, y aunque la fuente de ignición que generó el incendio no pudo ser determinada de manera concluyente, las muertes de los astronautas se atribuyeron a una amplia gama de defectos de diseño y construcción con materiales letales del módulo de comando del Apolo.
El accidente tuvo tal impacto en la NASA que se re diseñó el interior de las naves Apolo, además de reforzar la atención al detalle y las medidas preventivas en todas las operaciones.
A pesar de la tragedia, la carrera lunar siguió adelante, y la NASA siguió trabajando hasta conseguir que sus astronautas llegaran y pisaran la superficie lunar, el 20 y 21 de julio de 1969, cuando Neil Armstrong y Edwin “Buzz” Aldrin, hicieron historia al ser los primeros seres humanos en llegar a la Luna.
Datos curiosos
- La misión AS-204 fue renombrada Apolo 1 en homenaje a los astronautas fallecidos, los tres siguientes lanzamientos (Apolo 4, 5 y 6) fueron no tripulados y nunca hubo misiones Apolo 2 y 3.
- Fue hasta el 11 de octubre de 1968, año y medio después del fallo del Apolo 1, que la NASA volvería aventurarse con un nuevo vuelo tripulado.
- La primera misión tripulada con éxito del programa Apolo fue volada por la tripulación de reserva del Apolo 1, el Apolo 7 en octubre de 1968.
- Con el Apolo 7, se ponía punto final al luto. Chafee permaneció atado a su asiento, probablemente porque en caso de emergencia era el encargado de mantener la comunicación.
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