Con la democracia en riesgo y con la certeza absoluta de que AMLO es un peligro para México, hoy mas que nunca me arrepiento (y ofrezco mis disculpas) por haber votado por su propuesta y creer que realmente sería un buen Presidente para mi querido país.
Las señales siempre estuvieron presentes pero mi hartazgo fue superior en ese momento. El tiempo ha puesto a cada quien en su lugar. Como dicen por ahí: “estábamos mejor cuando estábamos peor”.
Con un desaseo absoluto en las formas y en el fondo de las reformas recién impulsadas en el Congreso, la Corte le empieza a poner un alto que mucho se necesitaba: primero está la Constitución y después, quizás, los intereses particulares.
Aplaudo de pie a los 9 ministros que hicieron valer el estado de derecho y celebro que tengamos un segundo dique de contención, ademas de la oposición en el Senado. Lo único que espero, a 16 meses restantes de este gobierno, es que ya se termine esta pesadilla.
Pepe Avelar, publirrelacionista bajacaliforniano, especialista en comunicación política y empresarial.